El fumar se sabe que perjudica los pulmones, produce una bronquitis crónica, tos crónica productiva, irrita el estómago, favorece el desarrollo del cáncer de pulmón y el de vejiga, y en las embarazadas conduce a una malnutrición del embrion y feto, pero no se conoce tan bien el efecto del hábito de fumar y el ingerir bebidas alcohólicas en la salud arterial de los adolescentes.
Un trabajo interesante sobe este tema, ha sido puesto en evidencia recientemente por Medscape (Artery Damage Seen in Some Teenage Smokers, Drinkers, By Ankur Banerjee, September 11, 2018, Reuters Health) en el REINO UNIDO, según un estudio realizado por la Dra. Marietta Charakida, del Instituto Cardiovascular de la UCL en 1.266 adolescentes inscritos en el Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos: Los adolescentes que fuman o que se atracan con alcohol tienen signos de daño arterial a la edad de 17 años. Así pues, encontraron que los jóvenes de 17 años que habían fumado más de 100 cigarrillos (generalmente 5 paquetes de 20 cigarrillos) en su vida o que bebían más de 10 bebidas en un día típico de consumo, de “juerga” , tenían rigidez arterial, lo que puede aumentar el riesgo a largo plazo de enfermedad cardiovascular, demencia y muerte.
Además la rigidez arterial causa de la enfermedad cardiovascular (La rigidez de la pared arterial, causa, no consecuencia, de HTA, Enrique Mezquita. Valencia, dmredaccion@diariomedico.com, Lunes, 10 de Noviembre de 2014) según el Dr Enrique Rodilla Sala, profesor de Medicina de la Universidad CEU , Castellón, es una causa importante de hipertensión arterial, que de no tratarse puede favorecer el desarrollo de enfermedad cardiovascular, insuficiencia coronaria, mala perfusión cerebral y arterial en extremidades inferiores, posible causa de fracasos deportivos y en un futuro claudicación intermitente, además de los efectos ya citados de demencia y muerte.
La combinación de los hábitos de consumo compulsivo de alcohol y el tabaquismo se relacionaba con un daño arterial aún mayor en comparación con el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo por separado. En estos niños, la velocidad de la onda de pulso era 10.8 por ciento más alta que en los adolescentes que fumaban menos y no bebían en exceso. Interrumpir estos hábitos durante la adolescencia podría restaurar la salud arterial.
Tamnbién esas “juergas “ con atracones regulares de bebida durante la adolescencia pueden dañar el cerebro en desarrollo».
Tambien se ha demostrado en adultos que una sola noche de borracheras puede lesionar temporalmente el corazón.
NOTA DEL DR TORMO: esto no quiere decir que hemos de permitir a nuestros adolescentes fumar y beber poquito; ya hemos citado en páginas anteriores de esta web, que el máximo de alcohol no perjudicial, podria ser la de un vaso de vino a la semana en adultos, y en los adolescentes, por los efectos del alcohol en el cerebro, ni esa cantidad. En lo que concierne al tabaco, por los efectos de rigidez arterial que induce, la prohibición ha de ser total.
Retengamos la idea de que el alcohol y el fumar, aparte de otros efectos nocivos, lesionan las arterias cuyo estado determina nuestra edad funcional.