Ya hemos,publicado en esta WEB, lo importante que es en el desarrollo posterior del niño e inteligencia un ambiente favorable, que le genere confianza y una correcta nutrición.

Veamos los últimos datos sobre el esarrollo del niño en lo que se refiere a probióticos y prebióticos (Speaker: F. IndrioPresented en: 2015 tercera Conferencia sobre la Federación de Sociedades de Nutrición Africanas (Fanus) (Medscape)

Resumen

Cada vez está más demostrado que todo lo que condiciona el entorno neonatal temprano, incluyendo la nutrición, es un determinante fundamental de la salud del adulto. Las exposiciones ambientales, como la dieta infantil precoz tienen un impacto en el desarrollo y función de la microbiota intestinal.

La microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en el establecimiento y mantenimiento de las respuestas inmunitarias beneficiosas.  Un retraso en la colonización del intestino del bebé con las bacterias comensales o alteraciones en el perfil de la microbiota se ha sugerido que son fuertes factores de riesgo para la aparición posterior  de trastornos crónicos inmunomediados como las enfermedades alérgicas y autoinmunes.

Argumentos científicos sólidos sugieren que desviaciones inmunes más tarde en la vida podrían ser la consecuencia de acciones inadecuadas bacterianas en la mucosa intestinal en la primera etapa de la vida. Mientras que el papel de la epigenética en la programación postnatal del neonato queda por demostrar, parece que hay una ventana en la que los bebés son vulnerables.

La restauración del perfil de la microbiota con una sola especie bacteriana o prebiótico puede ser eficaz en la prevención o tratamiento de enfermedades alérgicas e inflamatorias, pero sólo si esto ocurre durante el período neonatal. Los mecanismos exactos de acción para los probióticos aún no se han comprendido totalmente, pero se ha emitido la hipótesis de que la función biológica de probióticos puede ser el resultado de las modificaciones epigenéticas que pueden explicar la amplia gama de los efectos observados.

Si se induce un cambio de la colonización durante las primeras semanas de la vida a través de dar prebióticos o probióticos se puede promover una mejora de la permeabilidad intestinal; la sensibilidad visceral, la densidad de los mastocitos y la administración de nutrientes funcionales pueden representar una nueva estrategia para la prevención de enfermedades en el futuro.

Los probióticos se han recomendado para modular la respuesta inmune y su suplementación se ha propuesto como una intervención preventiva en lactantes con enfermedades alérgicas.

Para investigar más a fondo, la Organización Mundial de Alergia (WAO) convocó a un panel de guía para elaborar recomendaciones basadas en la evidencia sobre el uso de probióticos en el tratamiento de la alergia.

Utilizando las preguntas clínicas más relevantes, el panel realizó una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios de probióticos para el manejo de la alergia, siguiendo la clasificación de las recomendaciones de la evaluación, el desarrollo y el enfoque de Evaluación (GRADE) para desarrollar recomendaciones. En particular, el panel buscó y revisó la evidencia de efectos para la salud, los valores y las preferencias del paciente y el uso de recursos (hasta noviembre de 2014).

El panel concluyó que la evidencia actualmente disponible no indica que los suplementos de probióticos reduzcan el riesgo de desarrollar alergias en los niños. Sin embargo, teniendo en cuenta todos los resultados en este contexto, el panel guía WAO determinó que hay un beneficio neto probable en el uso de probióticos en la prevención del eczema.

Basado en esto, el panel guía WAO sugiere el uso de probióticos en:

1.  las mujeres embarazadas con alto riesgo de tener un hijo con alergia;
2.  las mujeres que amamantan a bebés con alto riesgo de desarrollar alergia; y
3.  en los lactantes con alto riesgo de desarrollar alergia.

Recordemos que padecer un alto riesgo de sufrir alergias, se aplica a los parientes de primer grado con una enfermedad alérgica declarada.

Todas las recomendaciones son condicionales y apoyada por evidencia de baja calidad y están destinadas a apoyar a padres, médicos y otros profesionales de la salud en sus decisiones sobre si utilizar probióticos durante el embarazo, durante la lactancia, o en niños.