En otras páginas de esta web, ya hemos hablado del peligro de la administración prolongada de inhibidores de la bomba de protones (INBPR): Omeprazol y similares.
Estos compuestos han beneficiado a infinidad de pacientes sobre todo los afectos de enfermedad por reflujo gastroesofágico, esofagitis péptica y a otros con síntomas atribuidos a reflujo gastro-esofágico.
También estos productos han modificado las pautas de tratamiento de muchos procesos digestivos.
Como en todos los éxitos farmacológicos, el péndulo ha cambiado su dirección y ha pasado ahora a usarse en demasía, y en algunos casos se ha utilizado como única y permanente solución de unos problemas que de no haberse usado este potente fármaco, se podrían haber estudiado mejor y se hubiera podido, llegar a otra solución, como la quirúrgica, u otro tratamiento médico, que hubiera permitido la interrupción de la administración de esos potentes inhibidores de la boma de protones (INBPR).
Unos meses de tratamiento, o un tratamiento con interrupciones temporales, de meses o algunos años, pueden entrañar escasos riesgos y sí muchas ventajas; diferente puede ser la administración prolongada durante años.
Por otra parte, los INBPR, exhiben una notable similar expresión génica con la de los carcinógenos del hígado, e inducen la proliferacion de células con mutaciones fatales, lo que aumenta el riesgo de cáncer. El mecanismo es probablemente indirecto y combina la inducción del stress oxidativo y la producción de especies de oxígeno reactivo que posteriormente van a dañar el DNA .
El repetido daño del DNA aumenta las mutaciones de los genes supresores del tumor que marcaría el inicio del carcinoma hepatocelular.
NOTA DEL DR TORMO: Los INBPR son medicamentos muy útiles, pero debemos estudiar más los casos en los que durante años, debido a sus excelentes resultados, los enfermos no dudan en tomarlos, con la finalidad de hallar otras opciones médicas o quirúrgicas (que de seguro existen ) para evitar esos tratamientos con INBPR de por vida.