En esta época del año, al inicio del otoño, se suelen presentar algunas afecciones que vale la pena recordar (ya se habló de este tema unos meses atràs en esta web), en ocasiones atribuidas, sin razón, a alergias o intolerancias, como en algunos casos vistos en mi consulta, perdiendo un tiempo que puede ser precioso en un futuro cercano, con dietas o exploraciones innecesarias. Es muy interesante la revisión que hace Medscape (5 Things to Know About Acute Flaccid Myelitis. Janell A. Routh, MD, MHS. October 15, 2019y que resumo a continuación )
El problema que tratamos hoy es el de la MIELITIS FLÁCCIDA AGUA (MFA).
El caso típìco, sería el de un niño vigoroso y activo, que se está recuperando de un resfriado cuando de repente empieza a tener problemas para caminar, llorando como si tuviera dolor. Su cara «se ve rara», según los padres. Así podría manifestarse la mielitis flácida aguda (MFA).
Otra presentación: niño de cinco años de edad, cuyos brazos están paralizados debido a una mielitis flácida aguda, es capaz de levantar su mano y tocar la mano de su padre.
La MFA es una afección neurológica que puede llegar a ser grave, que afecta principalmente a los niños. Se caracteriza por la rápida aparición de debilidad flácida en una o más extremidades y claras anormalidades de la materia gris de la médula espinal, tal como se observa en la Resonancia Magnética (RMN). La MFA es una de las varias afecciones que provocan una parálisis flácida aguda, que es la aparición repentina de debilidad flácida sin las características típicas de un trastorno de la motoneurona superior. Existen muchos tipos de parálisis flácida aguda, incluyendo AFM, síndrome de Guillain-Barré, mielitis transversa aguda, neuropatía tóxica y trastornos musculares.
Hay 5 puntos clave a tener en cuenta:
En el brote más reciente y más grande de AFM, en 2018, la edad media de los pacientes era de 5.3 años, con un rango de 6 meses a 81.8 años. Más de la mitad (58%) de los casos confirmados ocurrieron en niños. El compromiso de sólo miembros superiores fue más frecuente que los casos en los que sólo se vieron afectados los miembros inferiores. La mayoría de los pacientes experimentaron una enfermedad prodrómica con síntomas respiratorios o fiebre dentro de las 4 semanas anteriores al inicio de la debilidad de las extremidades.
Algunos pacientes también pueden tener parálisis de los nervios craneales, que se manifiestan con caída o debilidad facial, dificultad para mover los ojos, párpados caídos, dificultad para tragar o dificultad para hablar. El dolor en el cuello, la espalda, los brazos o las piernas es común. En casos raros, los pacientes también pueden tener entumecimiento u hormigueo transitorio o ser incapaces de orinar.
2.- vigilar estos enfermos ya que algunos pueden precisar asistencia respitratoria.