La intolerancia a la fructosa y sorbitol se apunta con frecuencia como diagnóstico como causa de diarrea crónica o dolor abdominal.
¿Existe en realidad?
1.- Hablemos primero de la FRUCTOSA.
Hemos de recordar que la fructosa es un azúcar de absorción pasiva y que un 40% de personas si toman frutosa pura, aisladamente, no en el contexto de frutas con sacarosa (glucosa + fructosa) van a tener molestias. Por ello lo ideal es ante todo niño o adulto con dolor abdominal o diarrea crónica inexplicada o en estudio, no aconsejar la ingesta de fructosa pura (miel) ni alimentos que la contengan pues estaremos en riesgo de sobrepasar más fácilmente la capacidad de recuperación del colon e inducir diarrea o algias de abdomen.
Recordemos que la diarrea en la malabsorción de azúcares, se fragua en el intestino delgado, pero se desencadena en el intestino grueso; esta parte del intestino, el grueso, tiene una capacidad de recuperación ( o como dicen los autores ingleses un «colonic salvage) determinado; instilando azúcar o fructosa sin digerir directamente en el intestino grueso, fermentará por las bacterias intestinales, se formarán cuerpos osmóticos, que serán reabsorbidos hasta cierto límite, pudiendo expulsar el humano o animal en el que se experimenta, unas heces completamente normales; pero si sobrepasamos esa capacidad de recuperación de cuerpos osmóticos porque instilamos mucho azúcar o llega muchos azúcar al colon de una forma natural por un peristalismo acelerado, al fermentar por las bacterias del colon, y producir metablitos osmóticamente activos, se producirá una diarrea osmótica, es decir, la que se produce cuando en el intestino hay un soluto mal absorbido (su presencia ‘atrae’ agua en tal cantidad que produce la diarrea), repito, en este caso se sobrepasará esa capacidad de reabsorción, habrá un fracaso de la capacidad de recuperación del colon y aparecerá la diarrea. Obviamente si a ello sumamos un colon enfermo, aún habrá una menor capacidad de recuperación.
Si se hacen estudios administrando fructosa u otro hidrato de carbono, se habrá de dosificar en aire espirado el hidrógeno y el metano, ya que un 30% y hasta un 50% de niños producen metano y no hidrógeno en las mal absorciones; además en el niño habrá que dosificar el CO2, para estar seguros que el niño ha soplado bien y hemos analizado aire alveolar. Yo no aconsej0o realizar pruebas de gases en aire espirado dando fructosa, ya que de entrada un 40%, la van a absorber mal. Se debe disminuir su consumo, no anularlo en absoluto, se debe prohibir la miel o frutas muy ricas en fructosa, pero se deja una o dos piezas de fruta al día, o tajadas según el tamaño de la fruta, que contienen sacarosa ( fructosa unida a la glucosa ), vitaminas y fibras de grandes ventajas nutricionales.
Como dice Nancy A. Melville (nota 1) la fructose es un azúcar simple , un monosacárido que no precisa ser escindido, ni digerido, porque repito, ya es un monosacárido; muchas personas sanas solo pueden absorber una pequeña cantidad. Si se sobrepasa esa capacidad de absorber fructosa, seguirá su camino hasta el colon, donde será fermentado por las bacterias y si se sobrepasa el «colonic salvage» inducirá diarrea o dolor abdominal.
Es una cuestión de sobrecarga y no de anomalía metabólica (nota 2).
2.- SORBITOL
El sorbitol es un azúcar alcohol que se encuentra de forma natural en las algas rojas y en las hojas y frutos de las plantas de la familia rosaceae como son las peras, manzanas, ciruelas, membrillos, melocotones o albaricoques. Actualmente el sorbitol también se obtiene de manera industrial por modificación química de la glucosa.
Este azúcar – alcohol, se absorbe muy poco en el intestino delgado, alcanzando en gran cantidad el intestino grueso, donde va a fermentar, producir cuerpos osmóticos sobrepasando fácilmente la capacidad de recuperación del colon, produciendo diarrea.
Y esto en todos los humanos; todos somos intolerantes al sorbitos; todo depende de la cantidad que ingeramos y de nuestra capacidad de recuperación del colon y de la ingesta de otros nutrientes que pueden influir en el peristaltismo como la fibra o las grasas. En mujeres y hombres no producirá diarrea si no se supera la dosis de 0,17 y 0,24 g/kg peso respectivamente; en niños no se ha calculado, pero extrapolando estas cifras la cantidad de sorbitol que pueden aceptar los niños es irrisoria.
Como conclusión:
Un 40% de humanos somos intolerantes a la fructosa y un 100% al sorbitol; en un contexto de hiperperitaltismo intestinal de otra causa, el 40% de intolerantes a la fructosa será mayor; no maltraten a niños o adultos, realizando pruebas de sobrecarga con fructosa o sorbitol, y además en la mayoría de los casos basadas tan solo en la dosificación del hidrógeno en aire espirado. Supriman el sorbitol y bajen el aporte de fructosa, y si siguen con molestias busquen por otro lado.
Nota 1= Fructose Intolerance, Malabsorption a Common Culprit in Pediatric Abdominal Pain, Nancy A. Melville y American College of Gastroenterology (ACG) 2010 Annual Scientific Meeting and Postgraduate Course: Poster abstract 400. Presented October 17, 2010) y Steven J. Czinn, MD, (Jefe del » Department of Pediatrics at the University of Maryland Medical Center in Baltimore.
Nota 2= Presented in: American College of Gastroenterology (ACG) 2010 Annual Scientific Meeting and Postgraduate Course: Poster abstract 400. Presented October 17, 2010., Medscape Medical News, Fructose Intolerance, Malabsorption a Common Culprit in Pediatric Abdominal Pain, Nancy A. Melville, Oct 20, 2010