Como ya expuse en páginas anteriores de esta web y es bien sabido por el público y agentes comerciales, el consumo de las mal llamadas leches vegetales ( en realidad y así lo exige la legislación, ahora son denominadas “bebidas vegetales”) se ha disparado los últimos años. Preocupado por las deficiencias nutricionales que ese abandono pueda acarrear y sorprendido de que entre los productores y comerciales de leche de vaca, no haya surgido ninguna política en su defensa, me puse en contacto con una persona responsable significada, en la producción de leche y me respondió: “ Sí, somos conscientes de la disminución de ventas de leche de vaca, un 20%, pero le he de decir que vendemos mucho más de leches vegetales” ante ese razonamiento comprendí su nulo interés en incrementar el consumo de leche de mamífero.
Las ahora llamadas bebidas vegetales, sobre todo a base de almendra, anacardo, coco, avellana, cáñamo, avena, camut, espelta, arroz y soja no pueden suplir en absoluto las ventajas que confiere el consumo de leche de mamífero. Algunas bebidas vegetales están fortificados con calcio y vitamina D. Sin embargo, la biodisponibilidad de estas sustancias después de la fortificación no consta y es dudosa. El tomar 4 almendras puede ser más nutritivo que beber medio litro de algunas bebidas de almendras; los defensores de su consumo arguyen: ”me encuentro más ligero cuando tomo tal bebida vegetal”…y es lógico, están tomando un vaso de agua con azucarillos y aromas, no suministrando prácticamente nada de grasas ni proteínas
La leche de vaca aporta grasas, proteínas de excelente calidad en comparación con la mayoría de estos productos y el hidrato de carbono lactosa que favorece la absorción de calcio, confiere un pH acídico al intestino grueso haciendo más improbable el cáncer de colon, combate la depresión anímica (ver mi ediciones anteriores de mi página web) y pasa una vez absorbida la galactosa a formar galacto-oligosacáridos componente muy importante de la substancia gris cerebral, punto que está estudiando ahora mi equipo.
Centrándonos en la bebida vegetal de más prestigio, la bebida de soja, hay que reconocer que posee muchos aminoácidos esenciales (se la llama la caseína vegetal) menos la tarurina (semiesencial) y metionina, además de ser deficiente en yodo que es un nutriente esencial para la síntesis de la hormona tiroidea por la glándula tiroides. La tiroxina promueve y regula una serie de vías metabólicas tales como la utilización de grasas, proteínas y glucosa interviniendo en la producción de energía; también regula la síntesis de proteínas. El normal desarrollo del cerebro y del sistema nervioso requiere de hormona tiroidea ( Iodine Status and Growth In 02-Year-Old Infants With Cow’s Milk Protein Allergy, Thomassen, Rut Anne*; Kvammen, Janne Anita*; Eskerud, Mari Borge†; Júlíusson, Pétur Benedikt‡; Henriksen, Christine§; Rugtveit, Jarle* Journal of Pediatric Gastroenterology & Nutrition: May 2017 – Volume 64 – Issue 5 – p 806–811). Según la OMS es la causa más importante, evitable, de daño cerebral y retraso mental, tras una malnutrición.
Los niños o enfermos adultos celiacos,los intolerantes a la lactosa (más o menos bien diagnosticados), alérgicos a la proteína de leche de vaca, tanto IgE mediada como no IgE mediada, galactosémicos e hijos de familas veganas, están más expuestos a estos peligros y mejor deben vigilar la composición de las fórmulas de soja que administran a sus hijos o toman ellos.
Aún considerando que algunas bebidas de soja están enriquecidas en yodo (10 microgramos por 100 kcal) y en metionina, taurina y carnitina, hay otro punto que el consumidor debe comprobar: la presencia y cantidad de hormonas femeninas, fitoestrógenos.
A este respecto os invito a leer el artículo citado por Medscape, publicado recientemente en J Clin Endocrinol Metab 2018 on line, 1 de marzo.
“NUEVA YORK (Reuters Health) - Nuevos hallazgos sugieren que la fórmula de soja podría tener efectos estrogénicos en las niñas.
"Este trabajo apoya ampliamente la hipótesis de que los compuestos con actividad estrogénica en estudios sobre roedores pueden producir respuestas similares a las de los estrógenos en los niños", dijo por correo electrónico a Reuters Health la Dra. Margaret Adgent, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee. El Dr. Adgent trabajó en este estudio mientras ejercía en el Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental, en Research Triangle Park, Carolina del Norte.
En el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, on line, el 1 de marzo.
La Dra. Adgent y sus colegas publicaron: La exposición a los compuestos alteradores endocrinos (SAE) en las primeras etapas de la vida podría afectar el desarrollo reproductivo; los niveles de genisteína, un fitoestrógeno que se encuentra en la proteína de soja, en el suero de los bebés alimentados con fórmula de soja, en equivalentes de estrógeno, son similares a los niveles asociados con problemas reproductivos en estudios sobre roedores. Los estudios epidemiológicos también han vinculado el uso de fórmula de soja en bebés con la salud reproductiva en la edad adulta.
En el estudio Infant Feeding and Early Development (IFED), los investigadores inscribieron pares madre-hijo de hospitales del área de Filadelfia que ya habían decidido cómo alimentar a sus bebés. Las madres planearon continuar alimentando al bebé utilizando ese método exclusivamente hasta las 28 semanas de edad (niños) o 36 semanas (niñas).
El análisis incluyó a 102 lactantes alimentados con fórmula de soja, 111 con fórmula de leche de vaca y 70 que sólo recibieron leche materna. El índice de maduración (IM) de las células vaginales fue significativamente mayor en los lactantes que recibieron soja que en los que recibieron leche de vaca, y la involución uterina fue más lenta.
Las niñas alimentadas con leche de soja y leche de vaca tuvieron trayectorias similares en cuanto al diámetro de los pechos y las concentraciones de hormonas. El tamaño de las mamas disminuyó más en los niños amamantados que en los niños alimentados con soja o leche de vaca.
"En nuestro estudio observacional, cuando se comparó a los bebés que fueron alimentados con fórmula de leche de vaca, los bebés que fueron alimentados exclusivamente con fórmula de soja desde el nacimiento demostraron diferencias en el volumen uterino y en las características de las células epiteliales urogenitales durante los primeros 7 a 9 meses de vida, consistentes con una respuesta al estrógeno", dijo el Dr. Adgent. "Estas diferencias no eran de interés clínico, y las posibles consecuencias clínicas a largo plazo de estos cambios son desconocidas."
Y añadió: "Dado que nuestro estudio es el primero en demostrar estos hallazgos específicos, necesita ser replicado".
Pocas madres en los Estados Unidos eligen la soja como primera fórmula, anotan la Dra. Adgent y sus colegas.
"Para las madres nuevas y embarazadas que deciden cómo alimentar a sus bebés, apoyamos firmemente la lactancia materna, tal como lo recomienda la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP)", dijo el investigador. "Para las madres que prefieren dar fórmula, la AAP no recomienda la fórmula de soja para los bebés prematuros, y cita muy pocas indicaciones para su uso entre los bebés a término, incluyendo galactosemia, deficiencia hereditaria de lactasa o preferencia familiar por una dieta vegetariana. Nuestro estudio proporciona evidencia adicional que apoya las recomendaciones de uso limitado de la AAP".
FUENTE: http://bit.ly/2tz4qWw.J Clin Endocrinol Metab 2018.
NOTA DEL DR TORMO: recalco que a las 36 semanas de vida ya se hallaron efectos en los órganos de las niñas; no sabemos como evolucionaron o evolucionarán en un futuro esas niñas de continuar la ingesta de productos de soja con genisteína ni si pudiera ser un estímulo oncogénico; ¿y en los bebés del sexo masculino?..¿qué efecto puede tener en ellos el consumo continuo de bebidas de soja con fitoestrógenos?
Por ello, en los primeros meses de vida, es mejor recurrir a la lactancia materna y de no ser posible, a hidrolizados de proteína de leche de vaca, o de proteína de arroz hidrolizada y enriquecidas con lisina y triptófano y sin arsénico o a fórmulas elemenales.