Depresión anímica, lactobacillus y consumo de yogurt
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Los lectores que me siguen y ejercen la medicina o pediatría conocen bien la moda de incriminar a la leche de vaca cualquier mal o trastorno que sufra un paciente; en muchas ocasiones esa demonización tiene lugar sin ninguna prueba previa, o si la han practicado en muchas ocasiones mal realizada y por ello mal  interpretada y por ello fuente de consejos erróneos al paciente, que en muchas ocasiones, hará empeorar su estado de salud; por ejemplo las lamentables pruebas de hidrógeno en aire espirado, en las que administran al enfermo lactosa en polvo diluida en agua, a la dosis de 1 o 2 o más  gr de lactosa por kg de peso, lo que supone dar la dosis de lactosa de 2 o 3 vasos de leche, de golpe y en agua, sin proteínas ni grasas de la leche; esta ausencia de proteína y grasas induce un vaciado gástrico rápido, que origina una incapacidad de la lactasa de digerir toda la lactosa administrada, con  hiperperistaltismo (exceso de movimiento propulsivo del intestino), con llegada de cantidades de lactosa sin digerir al colon y por ello producción de hidrógeno excesiva, que no significa disminución de lactasa, sino poca digestión de lactosa por la dosis excesiva de lactosa dada, con paso rápido al intestino, con resultados falsos de intolerancia a la lactosa.  Además esta mala praxis se acompaña de la determinación tan solo de hidrógeno, cuando un  20 a 30% de personas no producen hidrógeno sino metano; por ello estas pruebas ya tienen un 20 a 30 % de resultados falsos, además de los que origina la dosis excesiva de lactosa dada y con vaciado rápido. La prueba se debería hacer con el producto natural que más lactosa tiene, que es un vaso de leche de 200 a 250 ml (unos 11 gr de lactosa) en su contexto natural de grasas y proteínas que inducirán un vaciado gástrico más lento y mejor posibilidad de digestión de la lactosa, dosificando en aire espirado hidrógeno, metano y también del  CO2, en caso de niños que puedan soplar mal. Por último en defensa de la lactosa recordemos que la leche de madre, modelo de todas fórmulas lácteas para bebés del mercado, tiene 7 gr de lactosa por 100 ml, y la de vaca 4,5 aproximadamente.lactobacillus

Algo semejante podemos decir de las sobrecargas de fructosa y sorbitol; var páginas anteriores de esta web.

Debido a la demonización de la leche de vaca y a las pruebas mal efectuadas que originan cantidad de resultados falsos positivos, cada vez es más frecuente que se vaya abandonando el consumo de leche de vaca, lo que va  a originar una menor masa ósea, menor crecimiento en niños, y a la larga mayor tendencia al cáncer de colon (la lactosa favorece un pH acídico en el intestino grueso con menor flora de putrefacción), mayor número de  infecciones intestinales, y cada vez menor actividad lactásica intestinal, pues la lactosa como todo substrato, estimula su enzima, la lactasa, y si al principio de la dieta sin leche de vaca, soportaba el paciente productos con menos lactosa como el yogurt o los quesos, con el tiempo hasta esos alimentos le sentarán mal.lactobacillus

Esto se acompaña de un consumo paralelo de bebidas o “horchatitas” de muy escaso valor nutricional como bebidas de avena, arroz, coco, ..etc…que si se acompañan de mayor consumo de ciertos vegetales, conduce al paciente a una malnutrición, con distensión abdominal por gases, debilidad y frecuentes estados anímicos depresivos.

En mi consulta me ha llamado la atención la depresión anímica de muchas de estas enfermas malnutridas, que generalmente toman medicamentos antidepresivos.

Esta depresión anímica se podría atribuir a deficiencia de galacto-oligo-sacáridos (componente muy importante de la substancia gris cerebral), por no tomar galactosa, hipótesis que estamo estudiando conjuntamente con otros equipos en Barceona y México DF.

Otra idea muy sugerente es la que aportan los miembros del equipo del Dr Alban Gaultier, PhD, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia, en Charlottesville, que relacionan la  depresión anímica con la pérdida o disminución de Lactobacillus y un aumento secundario de los niveles circulantes de metabolitos de la kynurenina, responsables de la depresión anímica lo que sugiere un vínculo directo entre la salud del microbioma intestinal y la salud mental.

Esto aporta un dato favorable más al consumo de lactosa, que funciona como un prebiótico y al favorecer el crecimiento de lactobacilos, inducirá un mejor estado de ánimo en las pacientes, muchas de ellas enfermas por una dieta inadecuada.
Os invito a leer este bonito trabajo, citado por Medscape, que apoya el consumo de ciertos probiótiocs y yogurt con lactosa (Probiotic in Yogurt May Improve Depressive Symptoms, Nancy A. Melville, March 15, 2017

El Lactobacillus, una bacteria probiótica del yogurt con cultivos vivos, parece revertir síntomas de depresión en ratones, según una nueva investigación. Además, se ha descubierto un mecanismo específico que sugiere un vínculo directo entre la salud del microbioma intestinal y la salud mental.

En un modelo preclínico reconocido de depresión, los investigadores examinaron el microbioma intestinal de los ratones antes y después de haber estado expuestos al estrés crónico. El principal cambio que encontraron fue una pérdida de Lactobacillus y un aumento en los niveles circulantes de metabolitos kynurenine, que se sabe que inducen la depresión. Con la pérdida de Lactobacillus  aparecieron los síntomas depresivos; tras la suplementación con L reuteri para restaurar el Lactobacillus, el metabolismo de la kynurenine se normalizó, y así lo hizo el comportamiento de los animales.

"Una única cepa de Lactobacillus es capaz de influir en el estado de ánimo", dijo en un comunicado el investigador principal Alban Gaultier, PhD, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia, en Charlottesville.

"Este es el cambio más constante que hemos visto a través de diferentes experimentos y diferentes configuraciones que llamamos perfiles de microbioma. Esto es un cambio constante. Vemos niveles de Lactobacillus correlacionados directamente con el comportamiento de estos ratones", dijo el investigador Ioana Marin, una estudiante de doctorado. El estudio fue publicado on line el 7 de marzo en Scientific Reports.

Puerta de entrada a nuevos tratamientos de la depresión?


Los autores mantienen la hipótesis de que el  Lactobacillus suprime la kynurenine y mantiene los niveles de los metabolitos que conducen a la depresión en jaque. Cuando el  Lactobacillus se agota, los niveles de kynurenine aumentan.

Para probar esta teoría, los investigadores llevaron a cabo un experimento para elevar los niveles de kynurenina en ratones mientras se administra Lactobacillus y encontraron que mejoraban los síntomas depresivos.

“Hemos identificado que  determinadas  especies de oxígeno reactivo derivadas del Lactobacillus pueden suprimir el metabolismo de la kynurenina mediante la inhibición de la expresión de la enzima metabolizante IDO1 en el intestino. Además, el mantenimiento de los niveles de kynurenine elevados durante el suplemento con Lactobacillus disminuye los beneficios del tratamiento. En conjunto, nuestros hallazgos prueban como un participante de la microbiota (Lactobacillus) puede contribuir a la regulación del metabolismo y la resistencia al estrés ", escriben los investigadores.lactobacillus

Los investigadores creen que los hallazgos se pueden aplicar a los humanos..

"Algunas de las mismas cepas de Lactobacillus utilizadas en el estudio están presentes en los seres humanos, así como en los  ratones Además, desequilibrios del metabolismo de la kynurenine, se ha demostrado que se asocian con la depresión en los seres humanos", dijo el Dr. Gaultier a Medscape Medical News.

Dr Gaultier dijo que el descubrimiento puede abrir la puerta para nuevos tratamientos para la depresión, así como otros trastornos, como la ansiedad. Sería mágico, tan solo con cambiar la dieta y cambiar las bacterias que se ingiere  arreglar la salud y el temperamento depresivo.

"La gran esperanza con este tipo de investigaciones, es que no tendremos que preocuparnos por drogas complejas ni efectos colaterales; simplemente podremos jugar con el microbioma

Depresión

Aunque el Dr. Gaultier no conocía otros estudios que sugirieran que los síntomas de estrés o depresión pudieran mejorarse con Lactobacillus, estudios en humanos han demostrado beneficios con otros probióticos.deprimida
Cambio de Paradigma en Neurociencia

Según publicó Medscape Medical News, un pequeño estudio piloto con hombres sanos demostró beneficios con una cepa probiótica de Bifidobacterium longum. En estudios preclínicos, se demostró que B longum era un "psicobiótico putativo" que producía beneficios en comportamientos relacionados con el estrés en ratones.yogurt

En este estudio clínico controlado con placebo, los hombres recibieron el probiótico B longum diariamente durante 4 semanas. A continuación, recibieron una cápsula placebo coincidente durante otras 4 semanas.

Los resultados mostraron reducciones en la hormona del estrés cortisol y un aumento abrupto de la ansiedad subjetiva en respuesta al estrés agudo.

Gerard Clarke, del Instituto de Microbiología de la Universidad de Cork, en Irlanda, ha afirmado que  el concepto de que la microbiota intestinal es un regulador clave en el cerebro y en el comportamiento representa un "cambio de paradigma en la neurociencia. "

Al comentar el estudio actual, el Dr. Clarke, que no participó en la investigación, señaló que los resultados se basan en la evidencia con información valiosa sobre los mecanismos de la relación intestino-cerebro.  El papel de la vía de  la kynurenina en la relación intestino-cerebro es especialmente notable, dijo.

"De muchas maneras, las características neurobiológicas de la depresión, como el estrés y la inflamación, crean la tormenta perfecta para aumentar el metabolismo de la vía kynurenina", dijo el Dr. Clarke.

"Aunque estudios anteriores implicaron al microbioma intestinal como un importante regulador de esta cascada metabólica, no estábamos seguros de qué miembros particulares del consorcio de bacterias en el intestino eran más importantes para estas interacciones huésped-microbio.

"Este estudio es importante, ya que demuestra que Lactobacillus podría ser crítico para restringir la producción excesiva de kynurenine, y también muestran que la suplementación con L reuteri puede ayudar a aplicar los frenos a este tren metabólico fuera de control en condiciones patológicas".

La implicación más amplia posible de la suplementación probiótica en la dieta con Lactobacillus obtenida a través de yogurt de cultivo vivo como un medio para mejorar la depresión es factible, agregó el Dr. Clarke, observando los hallazgos de su estudio sobre B longum.

Una nota de precaución

"Es  recomendable ser precavidos,  ya que otro candidato psicobiótico que probamos (Lhamnosus [JB-1]) con una señal preclínica bastante fuerte no fue favorable", dijo el Dr. Clarke. Curiosamente, también se utilizó  una cepa de Lactobacillus, pero con un mecanismo de acción basado en la comunicación a través del nervio vago en lugar de la regulación de la producción de kynurenina", dijo el Dr. Clarke.

El Dr. Clarke señaló que muchos aspectos del eje microbioma-intestino-cerebro son intrigantes, pero se necesita más investigación sobre los seres humanos. "Todavía necesitamos más estudios clínicos para confirmar que las importantes observaciones preclínicas, como la descrita aquí, son aplicables a los humanos", dijo.

" El estudio recibió fondos de la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple y el Instituto Nacional de Salud Mental. El Dr. Clarke está actualmente financiado por la Junta de Investigación de Salud de Irlanda, el Ejecutivo de Servicios de Salud y la Oficina de Investigación Científica de la Fuerza Aérea. También forma parte del consejo editorial de Scientific Reports.

Sci Rep. Publicado en línea el 7 de marzo de 2017.

COMENTARIO FINAL del DR TORMO:  así pues, si quereis ser felices tomaros un yogurt al dia con lactobacillus vivos. Está probado; os bajarán los niveles de la kinurenina y os lo agradecerá vuestra pareja.
Especialista en enfermedades del aparato digestivo y patología nutricional Télf: 932 093 522  -  609 309 977 C/ Vía Augusta, 158, 4º - 08006 Barcelona ver en el mapa