Los médicos especialistas en digestivo y nutricionistas, formados en una Facultad de Medicina, nos vemos desagradablemente sorprendidos por la tendencia cada vez más generalizada e impulsada por un grupo de nutricionistas que ensalzan y recomiendan las dietas veganas (comer solo vegetales) o vegetarianas (que además de vegetales pueden comer huevos, leche, a veces pescados..), desequilibradas siempre, que conducirán a la mayoría de sus seguidores a problemas en un futuro más o menos próximo de masa ósea deficiente, talla baja en niños, poca masa muscular, deficiencia de hierro y vitamina B12 con anemia micro o macrocítica entre otras consecuencias no deseables.
Dicen algunos nutricionistas, que con lentejas y arroz se pueden suministrar los 10 aminoácidos esenciales; puede ser, pero habría que tomar un exceso de estos nutrientes para llegar a un aporte correcto de esos 10 aminoácidos esenciales, que conduciría a la
ingesta de un exceso de fibras, y de arsénico del que el arroz es portador.
Por otra parte la espinaca aporta muy poco hierro ya que el hierro que contiene se absorbe muy poco; lo de Popeye, gran consumidor de espinacas, es un gran mito; de haber exisitido este personaje sería un malnutrido, anémico, deprimido anímicamente, que alternaría la búsqueda de su amada Olivia con la excreción de enormes cantidades de heces por el aporte excesivo de fibras.
Si estas dietas veganas van unidas a la supresión de la lactosa, el bajo aporte de galactosa podría contribuir a una deficiencia de galactósidos cerebrales, principal componente de la substancia gris del cerebro, como estamos investigando actualmente.
Ya publicamos hace escasas semanas unos comentarios sobre los efectos positivos sobre el mejor estado de animo tras la ingesta de yogurt, a propósito de un trabajo que también os recomiendo leer (
Probiotic in Yogurt May Improve Depressive Symptoms, Nancy A. Melville, March 15, 2017)
Además también las dietas vegetarianas están relacionadas con la depresión anímica. Os aconsejo, leer el trabajo publicado en el
J Affect Disord. 2017;225:13-17, o mi resumen.
Según una reciente investigación los vegetarianos masculinos están en mayor riesgo de sufrir una depresión anímica que los carnívoros Deborah Brauser, MedScape, 11 de octubre de 2017, Joseph R. Hibbeln, MD,
J Affect Disord. 2017;225:13-17.
Abstract
Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) sobre más de 9600 hombres mostró que aquellos que eran vegetarianos o veganos tenían puntuaciones significativamente más altas en una escala de medición de la depresión que los no vegetarianos.
Además, un número significativamente mayor del grupo vegetariano/vegano obtuvo una puntuación en la valoración de la depresión, superior a 10, lo que significa depresión leve a moderada.
Según los investigadores: "Las deficiencias nutricionales (p. ej., en cobalamina o hierro) pueden justificar estos hallazgos".
El autor principal, el capitán Joseph R. Hibbeln, MD, jefe interino de la Sección de Neurociencias Nutricionales del Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo del NIH, agregó que debido a que la carne roja es rica en vitamina B12, ese nutriente puede haber jugado un papel en los resultados: "Si alguien elige ser vegetariano o comer menos carne, debe seguir las recomendaciones de las directrices para asegurarse de que goza de buenos niveles de vitamina B12". Los resultados aparecen en la edición actual de la revista Journal of Affective Disorders.
Consecuencias adversas
Aunque las dietas vegetarianas se han relacionado con beneficios para la salud, poco se sabe sobre el beneficio o el riesgo para la salud mental, anotan los investigadores.
"Las dietas vegetarianas se han asociado con la disminución de los riesgos de muerte cardiovascular, obesidad y diabetes, lo que ha suscitado preguntas sobre si los beneficios potenciales se extienden a la salud mental o, en cambio, si la disminución de la ingesta de nutrientes abundantes en los alimentos excluidos causa consecuencias adversas para el bienestar mental", escriben.
Investigaciones anteriores han demostrado que los bajos niveles de vitamina B12 y folato están asociados con un mayor riesgo de depresión, y "un metanálisis sugiere que la administración de vitamina B12 podría prevenir los síntomas depresivos en determinadas poblaciones, informan los investigadores. Sin embargo, se necesitan ensayos mejor diseñados para profundizar en estos temas.
El estudio longitudinal poblacional de Avon Longitudinal Study of Parents and Children (ALSPAC), inscribió 14.541 mujeres embarazadas que vivían en el Reino Unido y cuyas fechas de parto previstas eran entre abril de 1991 y diciembre de 1992.
Las mujeres y 9845 de sus parejas respondieron a los cuestionarios; 9668 de estos hombres han sido incluidos en el análisis actual.
Los cuestionarios solicitaban información sobre los antecedentes y la dieta. Debido a que relativamente pocos de los hombres lo especificaron(n = 39), los veganos y vegetarianos fueron colocados en un mismo grupo (combinados n = 350;3.6% de la cohorte).
Los hombres también completaron la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS) entre las semanas 18 y 20 de la gestación de su pareja. Una puntuación superior a 10 indica una alta probabilidad de depresión leve a moderada.
Los resultados mostraron que para el grupo vegetariano/vegano, la puntuación media de EPDS fue de 5.26, frente a 4.18 para el grupo no vegetariano (P <. 0001).
Además, 12.3% vs 7.4% del grupo vegetariano/vegano y el grupo no vegetariano, respectivamente, tuvieron una puntuación EPDS superior a 10 (P = 0.001); 6.8% vs 3.9% tuvieron una puntuación mayor que 12, lo que significa una probable depresión severa (P <. 01).
Aunque no fue significativa, también hubo una tendencia a asociar los síntomas depresivos con la duración del vegetarianismo.
Los investigadores señalan que no todos los individuos que se identifican como vegetarianos comen lo mismo, especialmente cuando se trata de pescado, huevos y productos lácteos.
"Hasta donde sabemos, este es el primer gran estudio epidemiológico que muestra una relación entre el vegetarianismo y los síntomas depresivos significativos entre los hombres adultos", escriben los investigadores.
"Debido a que la exclusión de la carne roja caracteriza principalmente a los vegetarianos, las menores ingestas de vitamina B12 merecen ser consideradas como un factor contribuyente" a la depresión, agregan.
Aún así, notan que "la causalidad inversa no puede ser descartada". El Dr. Hibbeln dijo que definitivamente se necesitan más estudios, especialmente ensayos controlados aleatorios.
Pero es optimista sobre el futuro - informó que la primera conferencia de la Sociedad Internacional de Investigación en Psiquiatría Nutricional (ISNPR), que se llevó a cabo el pasado verano, atrajo a más de 500 asistentes.
Al comentar sobre los hallazgos de Medscape Medical News, Felice Jacka, PhD, directora del Food and Mood Center de la Universidad de Deakin, Geelong, Australia, y presidenta de la ISNPR, dijo que ALSPAC "es posiblemente el mejor estudio de cohorte del mundo, ciertamente uno de los mejores", y que este nuevo estudio es "realmente bueno".
"La advertencia importante es que no sabemos si es causa o efecto del vegetarianismo porque una dieta vegetariana puede estar asociada con factores de personalidad u otros factores que podrían aumentar la depresión. Eso es una advertencia con cualquier estudio observacional: la correlación no significa necesariamente causalidad", apuntó.
"Sin embargo, los hallazgos son consistentes con la literatura anterior, incluyendo un estudio que publicamos en 2012." Ese estudio evaluó el consumo de carne roja entre más de 1000 mujeres australianas. "Encontramos una relación muy clara entre la ingesta autoinformada de carne roja y los trastornos clínicos depresivos y de ansiedad, y eso excluía deliberadamente a los vegetarianos", dijo la Dra. Jacka.
"Tomando en cuenta la calidad general de la dieta de las personas, los que tenían una ingesta baja (menos que las recomendaciones nacionales) y los que tenían una ingesta alta de carne roja tenían el doble de probabilidades de tener un trastorno depresivo grave, distimia o un trastorno de ansiedad diagnosticado", reportó.
Agregó que la forma en que se lleva a cabo la industria cárnica en Australia "y probablemente en el Reino Unido" es diferente de la forma en que se lleva a cabo en Estados Unidos. "La nuestra es una forma bastante saludable, donde se alimenta predominantemente de pasto, en vez de lotes de comida."
La Dra. Jacka señaló que creció como vegetariana,"pero eso cambió con la investigación. Noté que al crecer me di cuenta de que probablemente tenía una importante deficiencia de hierro, y me quedaba dormida constantemente en clase. La carne roja es realmente importante para el zinc y el hierro, etc.", dijo.
"Pero creo que debemos advertir de que más no es necesariamente mejor. Mejor tomar pequeñas cantidades de carne de buena calidad. Cantidades más grandes podrían ser perjudiciales".
Añadió que no se pueden hacer declaraciones generales. "La gente parece metabolizar y responder a los alimentos de manera muy diferente, basándose en su microbioma intestinal. Y eso es algo que nos interesa cada vez más y en lo que estamos investigando", dijo la Dra. Jacka.
"Este fue el primer estudio de intervención en mostrar que si se ayuda a las personas a mejorar la calidad de su dieta, hay un marcado impacto en sus síntomas depresivos", dijo el Dr. Jacka y repitió el Dr. Hibbeln y colegas, "los datos observacionales muestran que el no consumir carne roja puede ser un factor de riesgo para algunas personas en lo que se refiere a la depresión".
NOTA DEL DR T0RMO: se debe comer carne roja y de aves y no en cantidad excesiva; en las dietas vegetarianas, vigilad y controlad los niveles de Vitamina B 12, ácido fólico, hierro y zinc, además de un aporte con proteínas con los 10 aminoácidos esenciales y algunos no esenciales; el aporte de hidratos de carbono, grasas y ácidos grasos esenciales de larga cadena omega-3 suele estar menos comprometido.