Las madres que han amamantado tienen menos probabilidades, especialmente después de embarazos múltiples, de desarrollar tumores en varios órganos o de tener Esclerosis Múltiple y diabetes tipo 2. Los autores atribuyen el efecto protector a los oligosacáridos de la leche materna, que comienzan a formarse a mitad del embarazo. Se unen a los receptores de lectina y, al hacerlo, enmascaran la molécula terminal en la que los virus deben acoplarse. Como resultado, se bloquea su puerta de entrada a las celdas. Los oligosacáridos también protegen al bebé contra infecciones potencialmente mortales al bloquear el acceso de rotavirus y norovirus. De esta manera, especialmente si la lactancia materna es prolongada, alrededor de 1 año, se salva el período de inmunocompetencia incompleta-

Los investigadores del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ) sospechan que las  zoonosis posiblemente estén muy extendidas y, por lo tanto, recomiendan que los bebés no reciban productos lácteos hasta que tengan al menos 1 año de edad. Sin embargo, en dos declaraciones conjuntas, el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR) y el Instituto Max Rubner (MRI) han rechazado tales teorías.

Posteriormente se ha demostrado que de ninguna manera los BMMF representa nuevos patógenos. Son variantes de secuencias de ADN ya conocidas. Además, están presentes en numerosos alimentos de origen animal y vegetal, como carne de cerdo, pescado, frutas, verduras y frutos secos. BMMF no posee la capacidad de infectar células humanas. La prueba de que son perjudiciales para la salud también estaba ausente. Es cierto que la incidencia de tumores intestinales se correlaciona positivamente con el consumo de carnes rojas y procesadas —lo que en ningún caso significa causalidad—, pero los lácteos se relacionan con un riesgo reducido. Por otro lado, el cáncer de mama no puede asociarse al consumo de carne vacuna o lácteos.

Por ello ambos institutos(BfR y el Instituto Max Rubner (MRI) recomiendan seguir con productos lácteos sin ningún tipo de aprensión ni riesgo, tanto en la infancia como en la edad adulta.