HIERBAS MEDICINALES
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El uso de hierbas medicinales está muy extendido, y en ocasiones su uso  puede ser  perjudicial para el enfermo.

Hay una tendencia bastante extendida entre la población de preferir tomar hierbas o sus extractos antes que fármacos probados y estudiados por las universidades, laboratorios farmacéuticos y con las indicaciones y contraindicaciones bien estudiadas. Con demasiada frecuencia los beneficios de la ingesta de estos compuestos basados en hierbas, no están muy claros. Esta semana Medscape (Fast Five Quiz: Herbal Supplements, Mary L. Windle, PharmD, January 12, 2022) hace una puesta al día sobre  varias herbas medicinales. Yo he escogido para comentar dos de ellas, bastante utilizadas en nuestro entorno:

1.-La  VALERIANA

2.-La EQUINACEA.

1- La valeriana es comúnmente utilizada por pacientes que buscan ayuda contra el insomnio, la ansiedad o la depresión.

La valeriana, una planta alta y con flores que crece en praderas, puede reducir el tiempo que tarda en dormirse y ayuda a dormir mejor (Google.jan. 2022). De las muy diversas especies de valeriana, solo se han estudiado las raíces cuidadosamente procesadas de la valeriana officinalis. Sin embargo, no todos los estudios demostraron que la valeriana sea eficaz; además, pueden existir algunos peligros

Antes de decidir si vas a tomar un suplemento de valeriana para el insomnio, considera lo siguiente:

  • Es posible que los medicamentos no sean la solución (Google 2022).Comienza por los hábitos del estilo de vida que influyen en el sueño: evita tomar cafeína tarde en el día, mantén un horario regular para dormir, haz ejercicio regularmente y distiéndete una o dos horas antes de dormir.

  • La dosis no está clara

  • Puede haber interferencias con otros medicamentos, entre otros los que causan somnolencia (Medscape jan., 2022). La valeriana puede tener interacciones graves con las benzodiacepinas, como el alprazolam, así como con otros medicamentos sedantes, como el pentobarbital, el fenobarbital, el secobarbital, el tiopental, el fentanilo, la morfina y el propofol. El consumo de alcohol también es motivo de preocupación en los pacientes que toman valeriana.


2.- La equinácea

Recientes ensayos clínicos, sobre todo en la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas virales simples, han demostrado la eficacia de la equinácea como planta inmunomoduladora capaz de disminuir la gravedad y duración de los síntomas del resfriado común, constituyéndose como una alternativa real en el tratamiento complementario de este tipo de infecciones, con la gran ventaja de su excelente tolerancia.

La  Equinacea pertenece a un género de plantas herbáceas de unos 60-100 cm de altura. Las hojas son enteras, largas y lanceoladas, con el haz de color verde intenso y pelo algo áspero por ambas caras. Sus capítulos florales son hemisféricos, grandes y solitarios y crecen en los extremos de los tallos. Su color oscila de violeta a púrpura dependiendo de la especie. La raíz es de color pardo grisáceo con estrías.

Es una planta originaria de las praderas de las regiones centrales de Estados Unidos, en las que su utilización se remonta a varios siglos. Existen varias especies y variedades de equinácea, pero solamente tres de ellas son utilizadas con fines medicinales: E. angustifolia, E. Pallida y E. purpurea.

Los nativos americanos fueron los primeros en utilizar la equinácea con fines curativos. Por vía tópica la aplicaban para el tratamiento de heridas, picaduras de insectos y mordedura de serpiente. En aplicación sistémica, para el tratamiento del dolor, molestias de estómago, resfriados, sarampión y gonorrea.

En 1930, el Dr. Gerhard Madaus, fundador de Laboratorios Dr. Madaus de Alemania, trajo las primeras semillas a Europa y, a partir de entonces, la mayor parte de las investigaciones realizadas sobre la clínica y farmacología de esta droga ha sido conducida en Europa.

Composición química

La droga la constituyen las raíces y parte de las  flores de E. angustifolia, E. pallida y E. purpurea. Sus principales componentes son polisacáridos heterogéneos y glucoproteínas (4-O-metil-glucuronil-arabinoxilosanos, arabinoramnogalactanos), ácidos fenólicos libres (ácido cafeíco, achicórico, ferúlico, clorogénico), ésteres del ácido cafeíco (equinacósido y verbascósido), flavonoides (rutina, quercitrina, kenferol), alcaloides pirrolizidínicos (tusilagina e isotusilagina), poliínos e isobutilamidas. En la parte aérea contiene aceite esencial rico en borneol, acetato de bornilo, cariofileno, etc.

La E. angustifolia y E. pallida, a diferencia de E. purpurea, contienen equinacósido, éster con actividad antibacteriana y antiviral, pero no actividad inmunoestimulante. Además, en E. angustifolia aparece cinarina.

La E. pallida contiene como principio mayoritario ácido achicórico, que también está presente en E. purpurea. Este ácido, in vitro, ha demostrado tener actividad estimulante de la fagocitosis y un papel importante en la inhibición de la hialurodinasa.

La fracción acuosa de los polisacáridos, in vivo e in vitro, han demostrado propiedades inmunoestimulantes con la estimulación de macrófagos y con la protección contra infecciones de cándida y listeria. Las glucoproteínas tienen actividad estimulante de linfocitos B e inducen la liberación de interleucina 1 en los macrófagos.

Propiedades farmacológicas

La equinácea pertenece al grupo de los inmunomoduladores. Éstos se caracterizan por influir de formas muy diversas, cualitativa y cuantitativamente, sobre las células inmunocompetentes (granulocitos, monocitos, macrófagos, linfocitos). A través de ellos, activan determinados mecanismos de protección frente a agentes extraños tales como virus, bacterias, etc.

Breve Historia de la Equinacea | Lamberts Española

(de Lamberts española)

En ensayos in vitro sobre granulocitos humanos se ha comprobado que el extracto de equinácea produce un aumento de la fagocitosis de un 23%. También se produce un aumento en la producción de factor de necrosis tumoral, interferón beta e interleucinas 1, 6 y 10.

Asimismo, contribuye a reparar parcialmente los tejidos afectados por la infección, a través de inhibición de la actividad de la enzima hialuronidasa tisular y bacteriana. Esta enzima constituye parte del mecanismo primario de defensas, que incluye sustancias del tejido conectivo como el ácido hialurónico, actuando como una barrera contra organismos patógenos.

Algunos microorganismos activan la hialuronidasa, que comienza a destruir la integridad del ácido hialurónico, lo que debilita las barreras y permite la penetración de los microorganismos, que invaden y se adhieren a las células expuestas, penetran las membranas y matan las células afectadas. La equinacea inhibe la acción de la hialuronidasa uniéndose de alguna manera a esta enzima

En la actividad inmunoestimulante interviene la fracción polisacárida de la equinácea, que actúa sinergicamente con el ácido achicórico, las alquilamidas y las glucoproteínas.

 

Por otro lado, en ensayos in vitro también se ha demostrado que las isobutilamidas y los polisacáridos ejercen un efecto antiinflamatorio debido a la inhibición de la ciclooxigenasa y de la 5-lipooxigenasa. Se ha comprobado que la intensidad de esta acción es ligeramente inferior a la de la indometacina.

Asimismo, presenta una actividad cicatrizante, favoreciendo la formación del tejido de granulación responsable de la curación de las heridas. Estimula la proliferación de fibroblastos responsables de la regeneración de los tejidos y formación de cicatrices.

Indicaciones

Actualmente su aplicación más común es en la profilaxis y tratamiento de afecciones de las vías respiratorias, desde el resfriado común hasta la gripe y otros procesos infecciosos del tracto respiratorio, tales como bronquitis, laringitis, faringitis, sinusitis, otitis y amigdalitis. Usualmente se suministra al primer inicio de los síntomas y se continúa por 7 a 14 días. Asimismo, se utiliza en infecciones odontológicas, biliares y urinarias, sobre todo en casos de afecciones prostáticas por su efecto descongestivo.

Su uso está especialmente recomendado en lesiones dermatológicas como acné, psoriasis, eccemas y heridas superficiales.

  • Forma de administración y posología


Se administra, por vía oral o tópica, en forma de droga pulverizada, zumo obtenido por expresión de la parte área, extracto fluido o seco y tintura.

La dosis del jugo recién exprimido es de 2 a 3 ml tres veces por día. Otras formulaciones para uso oral deben suministrar el equivalente a 900 mg de equinácea por día.

La mayoría de los expertos recomienda de 6 a 8 semanas como duración máxima de tratamiento.

  • Precauciones especiales


Su uso está contraindicado durante el embarazo y la lactancia debido a la ausencia de datos que avalen su seguridad.

Puede existir una reacción alérgica cruzada entre las especies de equinácea y otras plantas pertenecientes a la misma familia botánica (compuestas), por tanto, su uso también está contraindicado en las personas con hipersensibilidad a la equinácea o a otras especies de la misma familia.

En el caso de diabetes, la equinácea debe usarse con precaución debido a que puede inducir la aparición de una hipoglucemia.

La monografía sobre la equinácea elaborada por la Comisión E de Alemania advierte contra el uso de equinácea en pacientes con enfermedades autoinmunitarias, como la esclerosis múltiple, el lupus o la artritis reumatoide, así como en tuberculosis o leucemia

Un estudio aleatorizado, doble ciego, comparó el uso de equinácea contra el uso de oseltamivir en 473 pacientes con influenza confirmada virológicamente (Medcape, jan. 2022). Se encontró que la equinácea es igualmente efectiva en el tratamiento temprano, con menos complicaciones y efectos adversos.

Aunque existen estudios que demuestran que su utilización en niños es segura, recientemente científicos de la Universidad de Seattle (EE.UU.) han publicado un estudio en 407 niños de 2  a 12 años de edad,  que desaconseja su empleo por casi nulos efectos curativos y aparición de erupciones cutáneas.

La Comisión E advierte contra el uso de equinácea en pacientes con enfermedades autoinmunitarias, como la esclerosis múltiple, el lupus o la artritis reumatoide, así como en tuberculosis o leucemia.

Su uso está contraindicado en caso de embarazo, lactancia por falta de datos que avalen su seguridad.

  • Efectos adversos


Puede provocar aumento de la secreción de saliva y tiene un sabor bastante desagradable, pero además de esto, no se han descrito reacciones adversas a las dosis terapéuticas recomendadas.

Posibles interacciones medicamentosas

Teóricamente se debe evitar la asociación de equinácea con ciclosporina o con corticoides, porque en ambos casos la equinácea puede inhibir parcialmente el efecto inmunosupresor.

También se debe evitar la asociación con amiodarona, metotrexato, ketoconazol o esteroideos anabolizantes, por la posibilidad de que la equinácea pueda potenciar el daño hepático producido por estos fármacos.

  • Los efectos adversos asociados con la equinácea incluyen:


Dolor abdominal, reacciones alérgicas, fertilidad alterada, diarrea, mareos, eritema (uso tópico), exantema (uso tópico), fiebre, náuseas, vómitos, prurito (uso tópico), dolor de garganta, sabor desagradable
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