Dieta rica en grasas y microbioma
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En nuestro país es conocida la frase ”todo lo que es bueno o engorda o es pecado” y esto, en nuestro caso se aplica especialmente a la dieta y sobre todo a la parte constituida por las grasas. Muchos somos seguidores de la dieta mediterránea, pero en ocasiones la dieta que seguimos no es tan mediterránea, por la afición a ingerir productos derivados del cerdo como embutidos, fuet, salchichón, morcillas, botifarras, callos, orejas de cerdo, sobrasadas, manteca de cerdo…Sin mencionar nuestra afición a la grasa del cordero,  como costillas, la espalda de cordero a la riojana…El plato nacional el jamón no es embutido, es carne curada, pero nos gusta con “grasita”. Este punto negro aunque sabroso de nuestra dieta mediterránea, justifica que no estemos en los primeros puestos en las estadísticas de países con menos accidentes vasculares  cardíacos, cerebrales, arteriosclerosis como cabría esperar. Lo cual no deja de ser vergonzoso en el país que creó el gazpacho, o la sangría, el cap (fruta con cava)…

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Las grasas saturadas, sobre todo de origen animal, además de estar directamente relacionadas con el sobre peso y la obesidad, favorecen la aparición del síndrome metabólico.

Sobre los cambios bioquímicos que inducen las dietas ricas en grasas es interesante leer el artículo citado por Will Boggs MD, de Medscape ( Reuters Health Information © 2019 , Fat Diet Adversely Affects Gut Microbiota - Medscape - Feb 22, 2019, Dr. Duo Li from Qingdao University); citan que las dietas altas en grasa tienen efectos desfavorables sobre la microbiota intestinal, los metabolitos fecales y los factores proinflamatorios del plasma (SOURCE: https://bit.ly/2BOL4yn, Gut 2019): "La dieta alta en grasas se asoció con cambios significativos y potencialmente perjudiciales en el metabolismo de los ácidos grasos de cadena larga, lo que resultó en mayores niveles de sustancias químicas que se cree que desencadenan la inflamación….Estos efectos pueden sembrar las semillas para el desarrollo de trastornos metabólicos y enfermedades cardiovasculares, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y los derrames cerebrales, a largo plazo".

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….En China, la reciente transición de la tradicional dieta baja en grasas y alta en carbohidratos a una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos se ha asociado con un enorme incremento en el riesgo de

obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.  Investigaciones anteriores han vinculado las dietas ricas en grasas con la reducción de la diversidad y riqueza de la microbiota intestinal humana, cambios que se han postulado como uno de los principales desencadenantes de los trastornos metabólicos asociados con la obesidad.

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El equipo del Dr. Li comparó los perfiles metabolómicos de la microbiota intestinal y las heces , así como los marcadores de inflamación en 217 adultos sanos que habían sido asignados al azar a una de tres dietas durante seis meses: una dieta baja en grasa (20% de grasa, 66% de carbohidratos), una dieta moderada en grasa (30% de grasa, 56% de carbohidratos), o una dieta alta en grasa (40% de grasa, 46% de carbohidratos). Los tres grupos perdieron peso durante la intervención, y la reducción de peso fue significativamente mayor en el grupo bajo en grasa que en el grupo alto en grasa, al igual que las reducciones en la circunferencia de la cintura, el colesterol total, el colesterol HDL, el colesterol LDL y el colesterol no-HDL.

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La dieta baja en grasa se asoció con un aumento significativo de la diversidad de la comunidad microbiana en relación con la dieta alta en grasa. La dieta alta en grasa disminuyó la abundancia de Faecalibacterium y aumentó la presencia de Alistipes y Bacteroides, mientras que la dieta baja en grasa aumentó los Faecalibacterium y Blautia.

La dieta alta en grasas se asoció con disminuciones significativas en la concentración de ácidos grasos de cadena corta, en comparación con las otras dietas, mientras que la dieta baja en grasas se asoció con disminuciones en dos cometabolitos (p-cresol e indole) que se han relacionado con trastornos metabólicos del huésped.

Las concentraciones plasmáticas de varios marcadores inflamatorios aumentaron durante la dieta alta en grasa y disminuyeron durante la dieta baja en grasa, informó el equipo en Gut, en línea el 19 de febrero. "Estos hallazgos proporcionan evidencia confirmatoria de que las directrices nutricionales de los países en estado de transición nutricional deberían desaconsejar el aumento de la ingesta de grasas en la dieta", concluyen los investigadores. "Los resultados también podrían ser relevantes en los países desarrollados en los que la ingesta de grasa ya es alta."

"Sugerimos que el consumo de grasa para la población general sana no debe ser superior al 30% de la energía total", dijo el Dr. Li. "También sugerimos que la población general sana utilice grasas vegetales poliinsaturadas o monoinsaturadas, como el aceite de soja, el aceite de colza, el aceite de cacahuete, el aceite de oliva, etc.".

El Dr. Stefano Menini, de la Universidad Sapienza de Roma, que recientemente trató de diferenciar la obesidad metabólicamente saludable de la metabólicamente poco saludable, dijo a Reuters Health por correo electrónico: "Estos hallazgos indican que el aumento del contenido de grasa en la dieta induce cambios microbianos similares a los observados en la obesidad humana y la diabetes tipo 2, incluso sin aumentar la ingesta de calorías y el peso corporal. Una dieta de estilo occidental, típicamente enriquecida en grasas y desprovista de fibras, puede alterar la estructura y actividad de la microbiota intestinal independientemente de su acción obesogénica, con los consiguientes efectos adversos sobre la permeabilidad intestinal, la inflamación sistémica y la desregulación del metabolismo".

"Estos hallazgos podrían incluso estar infravalorados en relación con las condiciones del mundo real", explicó el Dr. Menini, que no participó en el trabajo. "En este estudio, se agregó aceite de soja para alcanzar la cantidad deseada de grasa en la dieta. Es necesario estudiar más a fondo si las grasas saturadas de origen animal provocaron los mismos cambios en la microbiota intestinal y los metabolitos fecales. Puede ser que el tipo de grasa, además de la cantidad, pueda influir en la composición y actividad de la microbiota intestinal, y que una dieta al estilo occidental, que es particularmente rica en grasas saturadas, pueda inducir alteraciones aún más desfavorables que las inducidas por una dieta rica en  aceite de soja".

NOTA DEL DR TORMO: comer equilibrado y que las proteínas no excedan de un 12-14% de las calorías totales, las grasas que no excedan de un 30 % y sobre todo de origen vegetal con predominio del aceite de oliva, que induce aumento del colestrol HDL (“el bueno”), y los hidratos de carbono un 55%, sobre todo polisacáridos, fibras, almidón resistente y pocos disacáridos y monosacáridos. No suprimir nunca totalmente de la dieta el disacárido lactosa, salvo en casos especiales como la galactosemia o deficiencia grave de lactasa o en lo referente a la fructosa la enfermedad genética  fructosemia..

Una pregunta ingénua: podría influir la hora de la ingesta grasa……comida…. cena rica en grasas….por aquel dicho españo l” de cenas buenas están las sepulturas llenas”.

FUENTE: https://bit.ly/
Especialista en enfermedades del aparato digestivo y patología nutricional Télf: 932 093 522  -  609 309 977 C/ Vía Augusta, 158, 4º - 08006 Barcelona ver en el mapa