Siguiendo con el concepto expuesto en paginas anteriores de esta web, sobre efectos en sistema digestivo de causas no digestivas, la obsesión infundada de la administración de suplementos de ACIDOS GRASOS ESENCIALES OMEGA- 3, merece un apartado aparte.
Antes de seguir comentemos que hay dos familias de ácidos grasos esenciales
, la familia del ácido linoleico o familia omega 6 , así llamada porque el primero de sus dos dobles enlaces empieza en el carbono 6 que por sucesivas elongaciones y desaturaciones puede originar el ácido araquidónico, también omega 6 y otros metabolitos, y la familia del
ácido linolénico o familia omega 3 (ALA) , así llamada porque el primero de sus dobles enlaces empieza en el carbono 3 que por sucesivas elongaciones y desaturaciones puede originar el ácido Eicosapentaenoico (EPA) y después el acido Docosahexaenoico (DXA) (ver figura 1). Cuando hay una agresión traumática a un tejido u otra agresión vascular, de anoxia..etc , se libera acido araquidónico que por efecto de otros enzimas que se liberan como ciclo-oxigenasas y lipo-oxigenasas, actuan sobre los metabolitos del acido araquidónico y se originan leukotrienes, prostaglandinas y trombohexanos que son los responsables directos de la inflamación.
En el supuesto caso de agresión, en presencia de omega-3 y concretamente del derivado del ALA el ácido docosahexaenoico (DXA) , los enzimas ciclo-oxigenasas y lipo-oxigenasas actuan preferentemente sobre él (el DXA), y no se forman leukotrienes, prostaglandinas y trombohexanos y no hay o disminuye mucho la inflamación.
Comentaremos los dos extremos:
1.- Deficiencia de ácidos grasos esenciales
La deficiencia de ácidos grasos esenciales ,llamados así porque su aporte externo es necesario ya que no los podemos sintetizar en nuestro organismo, está presente en la infancia en niños malnutridos; en ocasiones puede ser subclínica, y manifestarse en la infancia por infecciones a repetición, o desarrollo insuficiente, o incluso a nivel de maduración neurológica o deficiencia más o menos acentuada de coeficiente intelectual.
En países en vías de desarrollo, la lactancia materna es fundamental, a este respecto, pues es la única forma de alimentación que asegura el aporte de estos mencionados ácidos grasos esenciales.
Así mismo en enfermedades que se pueden acompañar de malnutrición, o esteatorrea, como la fibrosis quística de páncreas o el síndrome del intestino corto, el control de sus niveles en sangre y el aporte externo de estos ácidos grasos es fundamental para un desarrollo correcto y en el futuro, para un coeficiente intelectual satisfactorio.
Como hemos comentado en páginas anteriores, en ancianos que sufrieron una malnutricion calóricoproteica en su infancia, causada por malnutrición debido a las guerras en la década de los años 30 y 40 del siglo XX, algunos están sufriendo actualmente enfermedades degenerativas neurológicas, que podrían atribuirse a carencias de ácidos grasos esenciales sufridas en sus primeros años de vida, años de mayor proliferación neuronal y mielinización de su joven sistema nervioso. Víctimas colaterales de las guerras.
Aparte de estos casos, las deficiencias de ácidos grasos esenciales en el adulto se pueden manifestar por:
- Piel seca. Una de las ventajas de las grasas Omega-3 es que son muy buenas para la piel.
- Cabello débil y sin 'vida' ...
- Uñas frágiles. ...
- Problemas de sueño. ...
- Falta de concentración. ...
- Dolores de articulaciones.
- cansancio
Se sabe que los ácidos grasos omega-3 desempeñan un papel en los sistemas cardiovascular, pulmonar, inmunitario y endocrino. Los tres tipos más estudiados son el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Se ha sugerido que los ácidos grasos omega-3 ayudan a disminuir la presión arterial; reducen los triglicéridos; retrasan el desarrollo de la placa en las arterias; y reducen el riesgo de arritmia, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Sin embargo, estudios recientes han mostrado pruebas contradictorias, específicamente en lo que respecta a las tasas de eventos cardiovasculares.
La administración de omega-3 tiene efectos anti-inflamatorios
Desde los suplementos de aceite de pescado hasta los alimentos, los médicos suelen fomentar la ingesta de ácidos grasos omega-3; sin embargo, la confusión y la desinformación son habituales.
2.- Aporte excesivo de ácidos grasos esenciales:
Veamos que publica a este respecto Messcape (
Fast Five Quiz: Omega-3 Fatty Acids (Fish Oil),Mary L. Windle, PharmD, April 09, 2021)
El contenido de omega-3 del pescado varía según el tipo, ya que los pescados grasos de agua fría, pescados azules (p. ej., salmón, caballa, atún, arenque, sardinas) tienen altas cantidades de DHA y EPA y los mariscos con menos grasa (p. ej., lubina, gambas, ostras) tienen niveles más bajos. De los citados son los arenques los que más omega-3 contienen.
De los pescados azules (en inglés oily fish, Proceedings Dr R. Tormo), los que viven a mayores profundidaes son los que suelen tener más ácidos grasos omega-3..
Varias plantas (por ejemplo, las semillas de chía, el aceite de linaza, las nueces inglesas) tienen un alto contenido de áido linolénico (omega 3, ALA), que puede convertirse en EPA (ácido eicosapentaenoico) y luego en DHA (docosohexaenoico); sin embargo, la conversión suele ser limitada. El consumo directo de DHA y EPA, ya sea a través de los alimentos o de los suplementos, sigue siendo la mejor manera de aumentar los niveles de estos ácidos grasos.
En pacientes con triglicéridos elevados (200-499 mg/dL) o muy altos (≥ 500 mg/dL), la American Heart Association (AHA) ha recomendado 2-4 g/d de EPA solo o EPA más DHA. La AHA ha llegado a la conclusión de que los ácidos grasos omega-3 recetados en dosis de 4 g/d son una opción eficaz y segura para reducir los triglicéridos como monoterapia o como complemento de otros agentes reductores de los lípidos. Su uso para mejorar el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica en pacientes con hipertrigliceridemia está respaldado por una reducción del 25% de los principales acontecimientos cardiovasculares adversos (según el ensayo aleatorio controlado con placebo REDUCE-IT).
Como he mencionado en otras ocasiones hay que tomar de todo un poco y de mucho nada. Veamos siguiendo a Medscape, que sucede cuando tomamos cantidades mayores a las recomendadas de ests sácidos grasos omega-3 .
Peligros de la ingesta de suplementos de aceite de pescado:
- . efectos antiplaquetarios y que favorecerían las hemorragias: Al tomar suplementos de aceites de pescado ricos en omega-3, hay que ser precavidos ya que pueden interactuar con otros medicamentos, especialmente cuando se toman en dosis más altas. Aunque es menos potente que la aspirina, se ha reconocido que el aceite de pescado tiene efectos antiagregantes plaquetarios cuando se toman grandes cantidades. Los suplementos pueden prolongar los tiempos de coagulación en pacientes que también toman warfarina. Sin embargo, no es probable que 3-6 g/d de aceite de pescado afecten significativamente al riesgo de hemorragia. Aunque los prospectos de los productos farmacéuticos con omega-3 aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. sugieren que no se han documentado bien los episodios de hemorragia clínicamente significativos, también afirman que los pacientes que toman aceite de pescado con anticoagulantes deben ser vigilados.
- La vitamina A en la dieta se obtiene a partir de la vitamina A preformada (o ésteres de retinilo), que se encuentra en los alimentos de origen animal (hígado, leche, riñón, aceite de pescado), en los alimentos fortificados y en los suplementos farmacológicos. Aunque es poco frecuente, se ha informado de la toxicidad de la vitamina A tras el uso prolongado de suplementos de aceite de pescado en dosis elevadas. Esta toxicidad puede provocar mareos, náuseas, dolor en las articulaciones y problemas en la piel.
- El exceso de ácidos grasos se ha relacionado con el insomnio.
- V
- Aunque es poco frecuente, la diarrea es un efecto secundario reconocido de los suplementos de aceite de pescado.
NOTA DEL DR TORMO: antes de poner una dieta a un enfermo con algunos de los síntomas citados, realizar una buena anamnesis, anotando la medicación que se les está administrando.