La enfermedad por reflujo gastroesofágico, es decir la lesión que produce la subida o reflujo del contenido gástrico al esófago, es una afección muy común cuya frecuencia y magnitud puede aumentar con la edad.
Se debe a la disminución de la continencia del mal llamado esfínter esofágico inferior, que propicia la subida de material gástrico y duodenal aveces, al esófago cuya mucosa, podríamos decir que no está preparada para el contacto con ese material refluido. En ocasiones se debe a la poca continencia de ese esfínter y en otras a un ascenso de la mucosa gástrica o hernia hiatal.
Los síntomas suelen ser en mayor o menor grado:
- pirosis en epigastrio, es decir sensación de fuego en la zona del epigastrio, algo más abajo del esternón o como muchos pacientes dicen “boca del estómago”
- Dolor algo más arriba del final del esternón, en el pecho, en ocasiones fuerte y muy molesto, que puede hacer creer al paciente que sufre una angina de pecho.
- Reflujo de material alimenticio o agrio a la garganta, eruptos
- Tos nocturna o diurna, por paso al bronquio derecho de algo de material refluido, que incluso puede provocar bronconeumonías; lo autores franceses al bronquo derecho le llaman “la broche poubelle” (bronquio basura)
- Laringitis frecuente, afonía
- Otitis media
- Falta de apetito, o saciedad al poco de inicio de la comida
- Problemas al tragar, dificultad al tragar, a no confundir con la sensación de paro del bolo ingerido, que es más típica de la esofagitis eosinofílica.
- Sensacion de opresión en el abdomen, en la parte superior, con sensación de pesadez de estómago, o de vientre hinchado
El diagnóstico se basará en:
- Ecografia abdominal practicada en gabinete de experto
- Tránsito baritado alto
- Esofagogastroduodenoscopia, con investigación del Helicobacter pylori.Vigilancia del esófago de Barrett.
- pH metría àcida y alcalina, ya que en ocasiones el material refluido es predominantemente alcalino, biliar, del duodeno, cuyo pH es alcalino, y con la pH mertria convencional que solo denuncia el reflujo ácido, no se detecta.
- Menos orientativa es la manometría esofágica
- Estudio de la sideremia i ferritina; la esofagitis prolongada puede inducir una pérdida de sangre, no detectada por el enfermo.
- Descartar alguna alergia o intolerancia que pueda propiciar el reflujo.
- Test de UREA C13 en aire espirado, ya que en ocasiones en la gastroscopia o en el examen de heces, no se aprecia el Helicobacter pylori.
No es necesario la práctica de todas estas exploraciones en todos los casos; tan solo en los que el tratamiento no es eficaz.
El tratamiento se basará en comidas frecuentes y no abunantes, cenar poco ( en castellano hay un dicho que reza: “ de cenas buenas están las sepulturas llenas”) no alcohol ni tabaco, poco café, pocas grasas, reducir algunos vegetales fritos como tomate, berengena, pimiento, no especias, tranqulidad en el entorno. Perder peso. No ingerir bebidas muy calientes. Posición semisentada de noche, dormir incorpotado.
En ocasiones tomar algún alcalino tras las comidas.
Inhibidores de la bomba de protones (Omeprazol, Esomeprazol) o de los receptores H2 de histamina (Cimetidina) , procurando no prolongarlos.
El tratamiento quirúrgico se reservará cuando estas medidas fracasen y tras practicar endoscopia alta y estudio de pH acídico y alcalino.
En los niños los criterios para aconsejar tratamiento quirúrgico con reflujo no cediendo a los tratamientos indicados serían:
- Interrupción de la curva de peso y talla
- Neumonías a repetición
- Anemia ferropénica
Muchos adultos de ambos sexos encuentran mejoría tras ingerir un vaso de leche cuando el dolor del reflujo es acuciante; a los pocos minutos eruptan y se encuentran de nuevo bien.
Otros recurren a la ingesta de bedidas o tes calientes. A este respecto es interesante que leais el artículo muy reciente que cito, o mi resumen sobre los peligros del te verde caliente junto a alcohol y tabaquismo.
Té caliente y mayor riesgo de cáncer de esófago
Kristin Jenkins, 05 de febrero de 2018
Los amantes del té que toman su taza diaria de té hirviendo están aumentando exponencialmente su riesgo de cáncer esofágico si también beben alcohol todos los días o si fuman, señalan los investigadores.
Un estudio prospectivo de cohorte que siguió a más de 450,000 personas durante 9 años proporciona la evidencia de una relación sinérgica entre beber té caliente todos los días, consumir alcohol diariamente y fumar con un mayor riesgo de cáncer esofágico.
El estudio, dirigido por Canqing Yu, PhD, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pekín, en Beijing, China, fue publicado en línea el 5 de febrero en Annals of Internal Medicine.
El riesgo de cáncer de esófago era cinco veces mayor en los individuos que tomaban té muy caliente y bebían más de 15 g de alcohol al día en comparación con los que bebían té menos de una vez a la semana y consumían menos de 15 g de alcohol al día (ratio de riesgo[HR], 5.00).
Además, el riesgo de cáncer de esófago se duplicó en aquellos que tomaban té caliente a sorbitos cada día y fumaban tabaco en comparación con los no fumadores que tomaban té sólo de vez en cuando (HR, 2.03).
"Nuestros hallazgos muestran un aumento notable en el riesgo de cáncer de esófago asociado con una combinación de consumo de té a alta temperatura, consumo excesivo de alcohol y tabaquismo", escriben el Dr. Yu y colegas. "Sugieren que abstenerse del té caliente podría ser beneficioso para prevenir el cáncer de esófago en personas que beben alcohol en exceso o fuman."
La incidencia del cáncer de esófago está aumentando a nivel mundial, particularmente en hombres de países menos desarrollados, señalan los investigadores. En China, donde la incidencia del cáncer de esófago es una de las más altas del mundo, los hombres que toman té a menudo fuman y beben alcohol.