Los antibióticos son imprescindibles en medicina así como los medicamentos que inhiben o disminuyen la producción de ácido clorhídrico por las células oxínticas del estómago, pero hemos de ser cautos en su indicación y en pediatría deben ser restringidos y limitados a casos verdaderamente necesarios.
Son bien conocidas la candidasis bucal por el uso de antibióticos o bien los problemas que puede provocar la sobreinfección por Clostridium difficile en niños sobre tratados con antibióticos afectos de intestino corto o con fibrosis quística, que obligarán a la supresión de ciertos disacáridos como la trehalosa que aumentan la agresividad de esta bacteria y a la administración de probióticos (ver ediciones anteriores de esta web). La resistencia a antibióticos es otro más de los graves problemas del uso abusivo de antibióticos.
Incidiendo más en el uso de antibióticos y de inhibidores de la secreción de ácidos, ( Edward Mitre, MD, Department of Microbiology and Immunology y F. Edward Hébert School of Medicine, Uniformed Services University of the Health Sciences, Bethesda, Maryland, y colegas ( April 2 in
JAMA Pediatrics) publicaron que los supresores de ácido en la primera infancia se relacionan posteriormente con las alergias así como la administración de antibióticos por debajo de los 6 meses de edad. Los bebés que recibieron medicamentos supresores de ácido o antibióticos durante los primeros seis meses de vida fueron significativamente más propensos a desarrollar enfermedad alérgica más tarde en la niñez, según el estudio retrospectivo de cohorte de 792 130 niños que realizó Edward Hébert y cols., que encontraron asociaciones significativas entre el uso de medicamentos supresores de ácido o antibióticos en la infancia y el desarrollo de enfermedades alérgicas en la niñez. El uso de medicamentos supresores de ácido se asoció positivamente con mayores riesgos para todas las categorías principales de enfermedad alérgica y se asoció más fuertemente con la alergia alimentaria, en niños que previamente no estaban afectos de alergias. Los medicamentos supresores de ácido y los antibióticos son dos clases de medicamentos que podrían afectar al microbioma de nuestro intestino de manera impredecible, según Aaron Carroll, editor de medios digitales de JAMA Pediatrics. También es posible que los medicamentos supresores de ácido puedan cambiar las formas en que respondemos a los antígenos ingeridos oralmente. Al menos eso es lo que se ha visto en algunos estudios con animales.
Según citamos anteriormente, se ha demostrado que l os inhibidores de la bomba de protones (Omeprazol o semejantes) pueden producir más problemas que los bloqueadores de los receptores H2 de histamina (Cimetidina y semejantes)