VIDEOJUEGOS, DIETA, LACTOSA Y CEREBRO.
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Una de las obsesiones de los padres y tutores de niños y adolescentes, es el temor de que la afición a los video juegos, pueda perfudicarles en su desarrollo, afectando algunas funciones crebrales.

La dieta puede afectarles por supuesto, como se ha demostrado en niños malnutridos en sus primeros años, que han vivido conflictos bélicos a lo largo de su vida; los trastornos debidos a esas carencias en un periodo clave de formación neuronal, de mielinización, pueden manifestare en la edad adulta, como déficit intelectual, parálisis, atrofias musculares…

En cuanto a la dieta fuera de conflictos bélicos, ya escribimos en una anterior semana el no administrar leche con lactosa, no dando tampoco yogurts ni quesos…durante dos años, producía deficiencias en el funcionalismo cerebral , radicadas en la area prefrontal, con alteración de funciones ejecutivas, las que permiten adaptarse a nuevas situaciones fuera de una rutina, trabajo aceptado en el próximo congreso de ESPGHAN en Glasgow. La lactosa se puede considerar como un psicobiótico-.

Pero volvamos a los videojuegos..¿son tan peligrosos como podemos creer?. Leed  en Medscape o este resumen; hay conclusiones interesantes como las del neurólogo José Posas del Ochsner Health System (Como los vídeo juegos pueden cambiar el cerebro ..How Video Games Change the Brain, Bret Stetka, MD; May 21, 2019.Medscape Neurology © 2019 WebMD, LLC)

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Dice este neurólogo:  Los estudios de RM (Resonancia magnética) y RM funcional muestran que la interconectividad y el desarrollo de circuitos de redes neuronales pueden fortalecerse con videojuegos, especialmente en cerebros en desarrollo. Además, en términos de mediciones de materia gris, los videojuegos pueden inducir cambios en la corteza prefrontal dorsolateral, en las regiones parahipocampal y somatosensorial del cerebro, en las corticales entorrinales y occipitales, y en partes de los lóbulos temporal y parietal. En jugadores adultos algunas de estas estructuras incluso muestran un aumento en tamaño y densidad en la RM convencional, una población cuyo cerebro por la edad en teoría tiene menos neuroplasticidad.

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En los pacientes adolescentes con conmoción cerebral, que con frecuencia están en la adolescencia y con frecuencia usan sus teléfonos, el Dr Posa usa los videojuegos como una especie de moneda social para conseguir la aceptación de sus planes de tratamiento.

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Pregunta:  "¿A qué juego estás jugando? ¿Qué juego juegas en casa? ¿Cómo van tus notas? ¿Están peor desde tu conmoción cerebral? ¿Podemos hablar de por qué?" Es casi como magia. Si puedo establecer una relación con ellos sobre esto, se abren y comparten sus síntomas conmigo; entonces puedo explicarles las cosas que tienen sentido desde las perspectivas neurológicas. Utilizo un modelo premio con  zanahoria a cambio de aprender, y luego a cambio de jugar. Si dicen ser sintomáticos por haber hecho la tarea por más de 30 minutos, entonces les explico que no deben participar en un atracón de 6 horas de Minecraft o Fortnite o PUBG. Hay pruebas,  que muestran que el uso moderado, alrededor de 1 a 2 horas por semana, puede mejorar las conexiones neuronales en pacientes adolescentes. El beneficio potencial de por vida de tener circuitos neuronales más fuertes y materia gris más robusta es un área potencial de estudio y beneficio a largo plazo para las poblaciones de pacientes de todos los grupos de edad.

NOTA DEL DR TORMO: en el estímulo cerebral como en la dieta, vale el principio de la abuela: de todo un poco y de mucho nada. Lo peor es un estómago en reposo absoluto y un cerebro que no se esfuerza; alimentad equilbradamnte a vuestros hijos y por supuesto  que reciban la lactosa que puedan digerir, pero que reciban cierta cantidad dictada por dosificación de gases tras productos lácteos, no tras lactosa en polvo; también que hagan trabajar su mente; los video juegos a la dosis citada  (120' por semana, según Dr Posa) harán mejorar sus funciones intelectivas.

Especialista en enfermedades del aparato digestivo y patología nutricional Télf: 932 093 522  -  609 309 977 C/ Vía Augusta, 158, 4º - 08006 Barcelona ver en el mapa