Ha habido cierta conmoción en nuestra ciudad por el artículo publicado en línea el 15 de enero en Environmental Health Perspectives, del que es coautor el Dr. Manolis Kogevinas, investigador principal sobre cáncer y contaminación del agua del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Barcelona, España. y citado por Medscape, Liam Davenport, donde se  afirma que "La exposición a las sustancias químicas que se encuentran en el agua potable después de haber sido desinfectada con cloro podría ser responsable de hasta 1 de cada 20 casos de cáncer de vejiga en toda la Unión Europea". La cifra se eleva hasta 1 de cada 5 en algunos países. Los trihalometanos (THM) son uno de los subproductos de desinfección (DBP) más comunes que se encuentran en el agua potable después de la cloración.


Se han asociado en particular con un aumento del riesgo de cáncer de vejiga; un meta-análisis sugiere que la exposición a los THM podría aumentar el riesgo de la enfermedad en más de un 50%, afirman los autores".
Creemos que esta grave afirmación debe ser mejor estudiada antes de que sea difundida por los medios de comunicación; hay muchos otros factores que pueden influir en el cáncer de vejiga, como el tabaquismo pasivo y activo, o las toxinas en el aire atmosférico tan abundante en las ciudades europeas estudiadas, o la ingesta de otras toxinas... colorantes en alimentos procesados, conservantes, bebidas envasadas... etc.

Otra crítica constructiva es la de Karis Betts, gerente de información de salud en Cancer Research UK, dijo a Medscape Medical News que el estudio "estima la proporción de cánceres de vejiga que podrían causar las sustancias químicas trazas en el agua potable, pero no muestra si pueden o no causar cáncer en primer lugar".
Declaraciones como las publicadas por el equipo de Barcelona, pueden tener otras consecuencias negativas, como conducir a la gente a beber agua embotellada en envases de plástico, lo que puede favorecer la aparición de cáncer de colon.



Más alarmante, y que extrañlamente, no ha tenido, ningún impacto en la opinión pública, es lo publicado sobre las mujeres embarazadas que beben agua mineral embotellada de las muchas marcas que se venden en Europa; casi todas ellas tienen un alto contenido en flúor (JAMA pediatría ( Green R, Lanphear B, Hornung R, Flora D, y cols. Asociación entre la exposición materna al fluoruro durante el embarazo y los resultados del coeficiente intelectual en la descendencia en Canadá. JAMA Pediatría. 19 de agosto de 2019. y comentado por Tara Hale en Medscape). El estudio se centra en el exceso de flúor, no en la estética de los dientes debido a la fluorosis conocida, sino en algo más serio como el coeficiente intelectual de los niños, estudiando el impacto del flúor que beben las mujeres embarazadas y el coeficiente intelectual de la descendencia; la ingesta de flúor por parte de las mujeres embarazadas en Canadá, se asoció con una reducción del coeficiente intelectual de sus hijos a los 3 - 5 años en el estudio observacional, publicado en la versión electrónica de JAMA Pediatrics citada.
Entre 512 pares madre-hijo con todos los cuartos de datos de determinación urinaria y covariables, la mediana de la concentración urinaria fue de 0,41 mg/l, En estos niños, los investigadores encontraron que cada mg/l adicional de fluoruro urinario materno estaba asociado con 4.49 menos puntos de IQ  (coeficiente intelectual ) en los niños (p = 0.02). Varios expertos externos han respaldado la calidad de la metodología del estudio y el análisis estadístico, que incluyó un análisis de sensibilidad y fue revisado para múltiples factores de confusión potenciales

COMENTARIO DEL DR TORMO:

hasta que no se verifique mejor el efecto de los TRIHALOMETANOS en el agua de la red pública, podemos seguir bebiendo dicha agua o como apunta Cheryl Gajowski  se verá si vale la pena practicar una pre-filtración.

Sí que creo muy conveniente que los obstetras y ginecólogos desaconsejen ciertas aguas minerales ricas en fluor durante los meses de embarazo