Una preocupación más de la clase médica es la disminución de actividad, número y vitalidad de los espermatozoides en jóvenes adultos. ¿Qué podemos hacer para asegurar que nuestros hijos podrán reproducirse correctamente y zafarse de la epidemia de patología espérmica, cuya tendencia en alza no se ha conseguido explicar?. Igualmente nos preocupa la prevención del cáncer

Leed este resumen del trabajo de Zota,  recientemente publicado, sobre estos temas

Según Ami R. Zota del departamento de medio ambiente y ocupacional la salud en el Instituto Milken Escuela de salud Pública de la Universidad George Washington en Washington, DC, las personas que consumen una gran cantidad de comida rápida ("fast food") pueden estar expuestas a una mayor cantidad de productos químicos industriales provenientes de los plásticos con los que están en contacto, pueden afectar a las  hormonas humanas y posiblemente pueden causar cáncer, según su estudio realizado en  EE.UU..

Los investigadores encontraron que las personas que comen “fast foods”,alimentos de cocina rápida, tienen hasta un 39 por ciento más de ftalatos en la sangre que los que comen menos, o que no comen nada  en absoluto de comida rápida.

"Hemos encontrado una asociación significativa que sugiere que a más comida rápida  (fast food) ingerida, más altos son los niveles de ftalatos; ello se debería a  dos productos  conocidos por ser utilizados en el envasado de alimentos y substancias en contacto con alimentos

Los ftalatos forman plásticos como el cloruro de polivinilo (PVC), que los hace  más flexibles y se utilizan en los productos de vinilo, adhesivos, detergentes, aceites lubricantes y plásticos del automóvil. Las personas pueden estar expuestas a estos plásticos al comer,  beber o tomar  alimentos que han estado en contacto con los envases de plástico. También en algunos envases de agua mineral  sometidos a temperaturas altas

Los efectos en la salud humana de la exposición a ftalatos podrían afectar a los sistemas reproductivos como sucede en los animales de laboratorio. Nuestro consejo sería usar en la alimentación del niño, todo lo posible en envases de cristal y huir los de plástico, sobre todo si han estado sometidos a temperaturas altas o son más flexibles (Ami R. Zota,  http://1.usa.gov/1YtM51A, Environ Health Perspect 2016).