CAFEINA. CONSECUENCIAS METABÓLICAS Y CARDIOVASCULARES DE SU INGESTA
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Después del agua, el café y el te son las bebidas de mayor consumo en nuestra sociedad occidental, seguidas de cerca por la cerveza bebida esta última introducida por el emperador CARLOS V, nieto de los reyes católicos, que  al venir a nuestro país se trajo una corte de maestros cerveceros  expertos en la elaboración artesanal de este producto natural (Google, 03.2024) 2024).

El consumo de café en nuestro país vino a través de los venecianos, que en 1575 lo introdujeron por primera vez en Europa.

El consumo de TÉ se inició más tardíamente,  en el siglo XVIII como una moda más, importada de Francia y Gran Bretaña. La cantidad de cafeína del café es muy superior a la del té, así en 100 ml de café hay 40 mg  de cafeína, en cambio en 100 ml de té hay solo 11 mg (Google 20.05. 2022), se halla en forma natural en ciertos vegetales ademàs de los citados café y té, en el cacao, nueces de cola, aunque también se puede producir artificialmente. La cafeína se absorbe y pasa rápidamente al cerebro, lo estimula y lo excita.

Yasmine S. Ali, MD, ha hecho recientemente para Medscape,  en forma de preguntas, una revisión interesante de los efectos de la cafeína  en el sistema cardiovascular (Fast Five Quiz: Caffeine and Cardiac Health, Yasmine S. Ali, MD. January 18, 2024 ).

Una revisión de actualizaciones clínicas se centró en la asociación entre el consumo de café y las enfermedades cardiovasculares (ECV). Los investigadores descubrieron que el consumo moderado de café conduce a una disminución de la mortalidad por todas las causas y también la relacionada con enfermedades cardiovasculares, así como a una disminución de la hipertensión, el colesterol, la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular. Sin embargo, no encontraron una relación consistente entre el consumo de café y el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria. Concluyeron que los resultados más favorables para la salud cardiovascular están asociados con el consumo moderado de café, pero señalaron la falta de consenso actual sobre una definición para esa medida.

Otro estudio reciente analizó los resultados del Biobanco del Reino Unido y tuvo como objetivo abordar los mecanismos subyacentes a los posibles efectos protectores de la cafeína y el impacto de diferentes subtipos de café en los resultados clínicos. Durante una mediana de seguimiento de 12,5 años, los investigadores encontraron que consumir de cuatro a cinco tazas de café molido por día y una ingesta habitual de café de hasta cinco tazas por día reducían significativamente la mortalidad por todas las causas y la mortalidad CV. No se encontraron diferencias significativas en la reducción del riesgo de incidencia de enfermedades cardiovasculares entre las categorías o subtipos de consumo de café.

Los investigadores también encontraron que beber de dos a tres tazas de café instantáneo al día, pero no de café descafeinado de ningún tipo, se asociaba con una reducción significativa de la incidencia de arritmias, incluida la fibrilación auricular.

Un pequeño estudio reciente utilizó la ecografía Doppler transcraneal para evaluar si la ingesta de cafeína afectaba la velocidad de la sangre de las arterias cerebrales medias en jóvenes clínicamente sanos y si la variación depende de la dosis. Los investigadores descubrieron que la cafeína influye de forma aguda en el sistema cardiovascular, disminuyendo la velocidad de las arterias cerebrales medias y provocando su vasodilatación de forma dosis-dependiente.

Otro pequeño ensayo tuvo como objetivo examinar los efectos del café con cafeína sobre las arritmias, los minutos de sueño diario, el recuento de pasos y los niveles séricos de glucosa. Los investigadores encontraron una pequeña diferencia en el número de contracciones auriculares prematuras diarias (58 frente a 53) entre los pacientes que consumían cantidades significativas de café con cafeína y los que lo evitaban. Sin embargo, no fue clínicamente significativo.

Un estudio reciente examinó los impactos del consumo de café y té verde en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares entre pacientes masculinos y femeninos con presión arterial óptima, presión arterial normal y diversos niveles de hipertensión. Los investigadores encontraron una asociación entre el consumo excesivo de café con cafeína (dos o más tazas al día) y un mayor riesgo de mortalidad por ECV entre aquellos con hipertensión grave (≥ 160/100 mm Hg). Esta asociación no se extendió al té verde con cafeína ni ocurrió en ningún otro subgrupo de pacientes.

Los investigadores concluyeron que el consumo excesivo de café (pero no el consumo de té verde en cualquier cantidad) se asociaba con un mayor riesgo de mortalidad por ECV entre las personas con hipertensión grave, pero no entre las personas con hipertensión de grado 1 o aquellas sin hipertensión.

Un estudio reciente tuvo como objetivo evaluar la asociación entre el consumo de bebidas que contienen cafeína en la mediana edad y el riesgo de fragilidad física en la vejez entre los adultos chinos que viven en Singapur durante un período de seguimiento de 20 años. Los investigadores encontraron que un alto consumo total de cafeína en cualquier forma (cuatro o más tazas diarias) en la mediana edad se asociaba con una menor probabilidad de fragilidad física en la vejez. Específicamente, el alto consumo de cafeína se asoció con una probabilidad significativamente reducida de estar en el quintil más débil de fuerza de agarre, específico del sexo .

Esto estaba en línea con otra investigación que indica que los bebedores diarios de té tienen un riesgo significativamente menor de fragilidad física en comparación con los que no beben té.

También coincide con un estudio transversal de los Estados Unidos que encontró que el café con cafeína, pero no el descafeinado, se asociaba con una reducción de la fragilidad.

COMENTARIO: pues a t0mar té el que quieras, y café moderadamente si no eres hipertenso. No se valoraron los efectos en las gastritis, reflujos gastroesofágicos, hernias de hiato....mi experiencia  personal y la de otros, aconseja tomar poco café y té.
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