DIETA BAJA EN GLUTEN Y GASES INTESTINALES
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Ya hemos comentado en páginas nateriores de esta web (buscar etiqueta esteatosis hepática) la tendencia a no consumir gluten,  que en algunos paÍses como  USA  llega a ser de un 30%, por creencias no bien fundadas, por moda o porque realmente los que las siguen se encuentran mejor. Estas dieta no están carentes de inconvenientes, entre los que podemos mencionar la esteatosis hepática (F. Tovoli; G. Negrini; R. Farì; E. Guidetti; C. Faggiano; L. Napoli; L. Bolondi; A. Granito. Increased Risk of Nonalcoholic Fatty Liver Disease in Patients With Coeliac Disease on a Gluten-free Diet, Beyond Traditional Metabolic Factors.. Aliment Pharmacol Ther. 2018;48(5):538-546) rigidez vascular, intoxicación por arsénico.

Estudios recientes han demostrado que hay razones bioquímicas evidentes que apoyan que las dieta sin gluten, se asocian a un mayor bienestar ('Low Gluten' Benefits Linked to Dietary Fibers, Not Gluten

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Janis C. Kelly, Medscape). Muchos adultos sanos aseguran tener menor distensión abdomimal, mayor bienestar y una pérdida de peso pequeña pero significativa siguiendo dietas bajas en gluten (BG) en comparación con las dietas altas en gluten (AG). Las diferencias parecen estar relacionadas con las diferencias en la fibra dietética asociadas con los componentes de las dos dietas, no con el gluten per se (Oluf Pedersen, MD, del Centro de Investigación Metabólica Básica de la Fundación Novo Nordisk, de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, y colegas.Nat Commun. Published online November 13, 2018)

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Escriben estos autores que los cambios en la composición microbiana del colon y la fermentación sugieren que los efectos de una dieta baja en gluten en adultos sanos de mediana edad pueden deberse hasta cierto punto a cambios cualitativos en las fibras dietéticas al reducir la ingesta de alimentos ricos en gluten, en lugar de a la reducción de la ingesta de gluten en sí misma.

Además de los niveles de gluten, el cambio en la dieta fue de fibras dietéticas de AG compuestas de xilosa y arabinosa en el trigo y el centeno a fibras dietéticas de BG compuestas de galactosa y manosa de un número de vegetales, bayas y cereales sin trigo y sin centeno como la avena.

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Pedersen asegura que su estudio es una llamada de atención para la industria alimentaria. Libre de gluten no es necesariamente la opción saludable que muchas personas creen que es. La mayoría de los alimentos sin gluten disponibles en la actualidad carecen masivamente de fibras dietéticas e ingredientes nutricionales naturales. Por lo tanto, existe una necesidad obvia de disponer de alimentos enriquecidos con fibra, de alta calidad nutricional y sin gluten que sean frescos o mínimamente procesados. Tales iniciativas pueden resultar clave para aliviar el malestar gastrointestinal y ayudar a facilitar el control de peso en la población general mediante la modificación de la microbiota intestinal.

Además, añade Pederson que el resultado de su estudio es un gran paso adelante en la identificación de nuevos prebióticos (fibras dietéticas compuestas de manosa y galactosa) para impulsar una microbiota intestinal que causa menos distensión y una pérdida de peso modesta.

Realizó un ensayo abierto, aleatorio, controlado y cruzado en 60 adultos sanos de mediana edad para comparar los efectos de ocho semanas en una dieta baja en gluten (BG: 2 g de gluten/día) con ocho semanas en una dieta alta en gluten (AG: 18 g de gluten/día), con un período de lavado de seis semanas entre cada una. La ingesta habitual de gluten en estos sujetos fue de 12 g de gluten/día.

Los participantes reemplazaron todos los productos de cereales con productos BG (derivados principalmente de la avena) o AG (derivados principalmente del trigo y el centeno) que tenían niveles similares de fibra dietética y calidad nutricional.

El criterio de valoración primario fueron los cambios en la composición y función de la microbiota intestinal durante la BG en comparación con el consumo de AG, evaluados mediante análisis metagenómicos de ADN microbiano de muestras fecales basados en la secuenciación . Las medidas de resultado secundarias incluyeron el peso corporal y una amplia gama de marcadores metabólicos e inmunológicos, así como el bienestar y la distensión abdominal informados por los pacientes.

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En adultos sanos, la dieta BG se asoció con cambios en el microbioma intestinal, reducción de la exhalación de hidrógeno, mejoría de la hinchazón autoinformada y reducción selectiva de la activación de la respuesta inflamatoria. Pedersen aseguró que los investigadores confían en que los cambios microbianos observados son suficientes para explicar la reducción en la distensión porque no hubo evidencia de fugas en la mucosa intestinal o cambios en el tiempo de tránsito fecal.

La dieta BG alteró la fermentación intestinal, reduciendo la espiración de hidrógeno tanto en ayunas como postprandial . Los autores sugieren que este cambio en la fermentación se debió a diferencias en la composición de los carbohidratos: la dieta BG tiene niveles más altos de galactosa, ramnosa, manosa y ácido galacturónico y niveles más bajos de arabinosa y xilosa que la dieta AG.

El análisis de metabolitos urinarios mostró que la dieta BG estaba asociada con mayores niveles de un metabolito de la degradación de lignano ( secundario a un huésped microbiando), lo que sugería una degradación alterada de la fibra dietética relacionada con cambios en el microbioma intestinal.  El análisis en red del hidrógeno espirado, especies bacterianas y los metabolitos de la orina identificaron cambios en 14 especies de bacterias intestinales. Esto incluyó una reducción de las especies de Bifidobacterias asociadas con la disminución de la ingesta de trigo y se considera que desempeña un papel clave en la fermentación intestinal alterada.

Los investigadores citan que otros estudios han demostrado que 4 semanas de una dieta libre de gluten inducen una disminución de las poblaciones de Bifidobacterias en adultos sanos y en pacientes de enfermedad celíaca.

Pedersen explicó: "Se sabe por estudios anteriores que los que no comen trigo, por ejemplo, los nativos que llevan un estilo de vida tradicional (Hadza en África), los pacientes de enfermedad celíaca bajo dieta sin gluten, y las personas que siguen una dieta FODMAP (oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles) no tienen bifidobacterias o las tienen muy escasas en su microbiota intestinal. Se plantea la hipótesis de que la presencia de bifidobacterias intestinales antiinflamatorias en la mayoría de los adultos que llevan un estilo de vida occidental es un mecanismo compensatorio para compensar los efectos inmunogénicos de varios péptidos del trigo mal digeridos".

La dieta BG también se asoció con una pérdida de peso pequeña pero estadísticamente significativa de 0,8 ± 0,3 kg. Esto pareció ser el resultado no de cambios en el apetito o señalización metabólica, sino de una mejor termogénesis u oxidación de la grasa, probablemente relacionada con una vía alterada de degradación del triptófano de la microbiota…o bien añado yo (Dr R. Tormo) porque ingieren menos pan y bollería por ser estos productos sin gluten más caros, menos apetitosos y venderse en tiendas especiales menos asequibles.

Pedersen concluyó que si los problemas intestinales persisten en adultos normales que han sido cuidadosamente evaluados para detectar otros trastornos gastrointestinales conocidos, podría ser razonable considerar la posibilidad de probar una dieta BG con dos meses de observación…en adultos sanos no hay evidencia científica para omitir el gluten al 100%".

COMENTARIO DEL DR TORMO:...y el enfermo, una vez más, tiene razón cuando dice que se encuentra mejo sin tomar gluten.

 
Especialista en enfermedades del aparato digestivo y patología nutricional Télf: 932 093 522  -  609 309 977 C/ Vía Augusta, 158, 4º - 08006 Barcelona ver en el mapa