04/05/2014ENFERMEDADES INFLAMATORIAS INTESTINALES (Crohn, Colitis Ulcerosa, Indeterminada.)

El microbioma intestinal se adapta a los cambios de la dieta en un día.
Tomar menos carne y productos animales puede contribuir a menor peligro de desarrollar una ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL (Crohn, Colitis Ulcerosa, Indeterminada.)

El microbioma intestinal humano requiere un largo plazo de tiempo para modificarse tras un cambio de dieta; pero un estudio publicado en Nature online, December 11 muestra que esta adaptación puede suceder en un día.

Las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición y la digestión, como la obesidad y la enfermedad inflamatoria intestinal ( EII), pueden presentarse al menos en parte debido a los cambios del microbioma inducidos por la grasa e hidratos de carbono de la dieta en países occidentales.

Lawrence A. David, PhD, del Centro para la Biología de Sistemas de FAS y de la Society of Fellows de la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts, y sus colegas examinaron la rapidez con la que el tipo y número de microorganismos del intestino se modificaba al cambio a una dieta totalmente de origen animal versus una dieta vegetal 100 por 100, en 10 voluntarios entre 21 y 33 años, con índices de masa corporal (IMC: P/T2)( entre 19 a 32 kg/m2).

La dieta ‘animal’ incluía carne, quesos y huevos.
La dieta ‘vegetal’ legumbres, verduras y frutas.

Los autores hicieron notar que los carnívoros precisan digerir más proteínas y los herbívoros más hidratos de carbono.

Seis voluntarios masculinos y 4 femeninos comieron lo que quisieron dentro de los límites de su dieta durante 5 días consecutivos. Cinco comieron alimentos de origen vegetal y 5 siguieron la dieta basada en productos animales. Se usaron colorantes como trazadores para localizar lo ingerido en el tracto gastrointestinal; los participantes llevaron un registro de la ingesta de alimentos, como se sentían y como eran las deposiciones.

La dieta basada en productos animales experimentó un aumento de la ingesta de grasa, pasando de 32,5% ± 2,2 % al 69,5 % ± 0,4 % kilocalorías; las proteínas de la dieta aumentaron de un 16,2 % ± 1,3 % a 30,1 % ± 0,5 % kilocalorías con 0 de ingesta de fibra.
La dieta basada en plantas aumentó la ingesta de fibra dietética a 25,6 ± 1,1 gr por 1.000 kilocalorías, mientras que al mismo tiempo, el consumo de grasa y proteína se redujo a 22,1 % ± 1,7 % y 10,0 % ± 0,3 % de kilocalorías, respectivamente.

Aunque los participantes consumieron la misma cantidad de kilocalorías, el peso disminuyó tan sólo en los que ingirieron dieta ‘animal’.

Los investigadores analizaron 16S ARN ribosomial para identificar los componentes microbioma en muestras fecales, que se recogieron durante varios días antes de los cambios en la dieta y cada día durante el estudio.

La dieta basada en animales claramente tuvo un efecto mayor sobre el microbioma que la dieta basada en vegetales. Incluso después de 1 día, el microbioma de los que comían la dieta animal, difería significativamente de los análisis de línea de base, antes de iniciar los cambios de dieta.

En general, la dieta «animal» favoreció el crecimiento de microorganismos bilis-tolerantes ( Alistipes, Bilophila, andBacteroides ) a expensas de las especies ( Roseburia, Eubacterium rectale, y Ruminococcus bromii ) que metabolizan polisacáridos de plantas dietéticos. Estos cambios se hacen eco de la adaptación del microbioma en poblaciones salvajes de carnívoros y herbívoros.

Los perfiles de ácidos biliares fecales también cambiaron entre los consumidores de carne, lo que indica un aumento de las concentraciones entéricas de ácido desoxicólico, que se asocian con el cáncer de hígado y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). La bacteria – bilis tolerante Bilophila wadsworthia es un candidato probable para causar o aumentar el riesgo de desarrollar EII.

Una limitación del estudio es el pequeño tamaño de la muestra. Sin embargo, los rápidos cambios en el microbioma es un nuevo hallazgo que merece estudio adicional, escriben los investigadores. «En conjunto, estos resultados son consistentes con la hipótesis de que los cambios inducidos por la dieta en la microbiota intestinal pueden contribuir al desarrollo de EII concluyen los investigadores».

Los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses.

 

Extraído de:
Ricki Lewis, PhD, 12 de diciembre 2013 MedScape.com: abril 2014
Naturaleza. Publicado en Internet el 11 de diciembre 2013. Texto completo

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